Gasolina, diésel, manual o automático. Hay varias combinaciones posibles para el nuevo Audi A3 y ninguna de ellas desmerece. Con las distintas combinaciones Audi lanza un producto que por configuración puede adaptarse a distintos perfiles de clientes, que darán usos completamente diferentes al coche.
En Mallorca tuvimos ocasión de probar a lo largo del recorrido más largo y sinuoso la versión más potente (por el momento) de este modelo: el 1.8 TFSI de 180CV asociado a la caja automática S-tronic. Tenemos un motor que empuja desde bastante abajo con contundencia, si bien hay un cierto retraso en la entrega de potencia que hace, como en la casi absoluta mayoría de motores turboalimentados que perdamos parte de la suavidad de un motor atmosférico, a cambio de ganar prestaciones, pues un motor similar sin sobrealimentación sería notablemente más lento en aceleraciones.
La caja S-tronic trabaja con mucha rapidez y suavidad. No había tenido ocasión de probarla hasta ahora, pero me he quedado prendado de ella, no solo por la comodidad que aporta al circular por ciudad o por carretera un cambio automático, si no porque cuando queremos exigir más al coche reacciona muy bien, cosa que no hacen todos los cambios.
En cuanto a conducción, todas las unidades de la prueba contaban con el sistema Audi Drive Select que puede ponerse en diferentes modos que alteran la respuesta general del vehículo (sensibilidad del acelerador, rapidez de la caja, dirección asistida e incluso el sistema de climatización). La unidad de 180CV fue conducida continuamente en el modo Dynamic (más deportivo) por razones evidentes y en todo momento respondió bien siguiendo las ordenes que se daban al coche con los pies y las manos.
El coche no balancea en las curvas ni resulta incómodo gracias a la suspensión inteligente, los asientos recogen bien el cuerpo y no son fatigantes debido a la infinidad de ajustes que tienen, además el espacio es óptimo para poder utilizar las piernas como apoyo en la puerta y salpicadero. En cuanto a la dirección, de asistencia variable en estas unidades me ha parecido muy precisa y aunque tal vez aisle más de lo que muchos quisieran, aporta un confort inigualable para la mayoría de situaciones en las que los clientes usen sus A3. En resumen, el 1.8 TFSI es un coche con el que se puede llegar a ir absurdamente rápido, aunque se que no todos sabreis asociar esas dos palabras. En cuanto a dinámica podemos aplicar lo mismo a las tres unidades probadas (1.4 y 1.8 TFSI y 2.0 TDI) ya que todas equipaban el Audi Drive Select.
Así que en esta presentación internacional hemos sacado más conclusiones de los distintos motores en combinación con transmisiones disponibles. Una pena que no hubiese una unidad si el Drive Select para poder comparar.
Si seguimos con los gasolina toca analizar el 1.4 TFSI. En una palabra: silencio. Estando el motor a ralentí no se oye nada dentro del vehículo ni se transmite ninguna vibración (a veces dudas de que incluso esté en modo Stop Start). Incluso al ir a embragar en primera es tan silencioso que se me caló más de una vez (y de dos…) aunque gracias al Stop Start vuelve a arrancar en cuanto pisas el embrague. En cuanto a la respuesta es un motor que tampoco defrauda, no es tan fiero como el 1.8 pero anda de sobra para cualquier mortal, aunque tiene el mismo retardo en la entrega de potencia que su hermano mayor. Como mayor novedad este bloque equipa el sistema de desconexión de cilindros que ayuda a reducir consumos. Este sistema funciona entre primera y cuarta y desconecta dos cilindros cuando hay poca carga sobre el acelerador o por ejemplo cuando vamos a cambiar de marcha. La conexión y desconexión no se nota y el sonido a penas varía. Lo único destacable es un ligerísimo taqueteo de esos en los que hay que bajar la radio para escuchar. Cualquier motor diésel es más burdo. Esta unidad la probamos con una caja manual de seis relaciones, con recorridos cortos y precisos, es la antítesis a aquella del Subaru XV que tan poco me gustó.
Por último probamos el 2.0 TDI de 150CV, tanto con cambio DSG como manual. Sin duda yo optaría por un DSG por las comodidades que ya he descrito. Este motor es bastante silencioso pero es evidente que es diésel, no es ni de lejos tan refinado como los gasolina. Este modelo solo lo probé en recorridos de autovía con una poca carretera, pero quedó claro que no le falta nada de voluntad para afrontar adelantamientos casi a cualquier régimen gracias al par que tiene (350Nm).
En cuanto a consumos, no puedo aportar datos fiables debido a la diversidad de las rutas y a las formas de conducción, pero el 1.8 TFSI acabó con una media de unos 14 litros, que no es un consumo alto viendo que se le exigió por carretera de montaña. El 1.4 se probó por autovía a baja velocidad, carretera a baja velocidad y ciudad acumulando una media de entre 6.5 y 7 litros. Y por último el 2.0 TDI se conformó con unos 6 litros.
Mañana conoceremos con más detalle todo lo relativo al interior y al equipamiento para así comprobar a que niveles se mueve este coche.
Viene de Parte I y continúa en Parte III