El líquido de frenos es el encargado de transmitir la fuerza que realizamos sobre el pedal de freno en el sistema de frenos de nuestro coche, lo que nos permite detener el coche con todas las garantías.
El líquido de frenos es muy importante, por lo que debemos tenerlo en perfecto estado. Con el paso del tiempo, el líquido de frenos pierde su efectividad, resultando recomendable sustituirlo cada dos años.
El motivo principal por el que el líquido de frenos pierde su efectividad es por la humedad. El líquido va absorbiendo la humedad del ambiente y reduce su temperatura de ebullición. Si la temperatura de ebullición es muy baja, a la hora de frenar nos encontraremos con un problema, ya que el líquido se convierte en gas.
A la hora de realizar la ITV, en ningún momento nos controlarán el estado del líquido de frenos, por lo que debemos revisarlo de forma periódica para conocer el momento idóneo para sustituirlo.