El líquido de frenos es el encargado de transmitir la fuerza que realizamos sobre el pedal de freno en el sistema de frenos de nuestro coche, lo que nos permite detener el coche con todas las garantías.
El líquido de frenos es muy importante, por lo que debemos tenerlo en perfecto estado. Con el paso del tiempo, el líquido de frenos pierde su efectividad, resultando recomendable sustituirlo cada dos años.
El motivo principal por el que el líquido de frenos pierde su efectividad es por la humedad. El líquido va absorbiendo la humedad del ambiente y reduce su temperatura de ebullición. Si la temperatura de ebullición es muy baja, a la hora de frenar nos encontraremos con un problema, ya que el líquido se convierte en gas.
A la hora de realizar la ITV, en ningún momento nos controlarán el estado del líquido de frenos, por lo que debemos revisarlo de forma periódica para conocer el momento idóneo para sustituirlo.
El estado del líquido de frenos lo podemos revisar perfectamente en el taller, donde en menos de cinco minutos podremos conocer el estado del líquido y conocer si resulta necesaria su sustitución.
Para comprobar el líquido debemos coger una pequeña muestra del mismo e introducirlo en el comprobador de líquido. El líquido de frenos se encuentra en mal estado cuando el punto de ebullición se encuentra por debajo de los 165º C.
En caso de que sea necesario sustituir el líquido, tenemos varias opciones. La primera de ellas es sustituirlo nosotros mismos en caso de que tengamos los conocimientos y las herramientas necesarias.
Si preferimos dejar este trabajo en manos de profesionales, el trabajo resulta bastante económico. En menos de una hora podemos tener el líquido de freno sustituido y el precio suele ser inferior a los 40 euros, por lo que resulta una tarea sencilla y económica de realizar.
Más información – El líquido de frenos, ¿Cómo cambiar el líquido de frenos? (Parte I)