El G-Vectoring Control Plus de Mazda llega para mejorar, aún más, la dinámica

Mazda G-Vectoring Control Plus

El Mazda3, el compacto de la compañía de Hiroshima, está a punto de llegar a los concesionarios españoles y, además, en solo unos días lo probaremos durante su presentación internacional; así que muy pronto os contaremos todas nuestras impresiones al volante. Este modelo traerá muchas novedades, pero una de las más importantes a nivel dinámico es la introducción del Mazda G-Vectoring Control Plus (GVC Plus).

Mazda incorpora este nuevo sistema en la cuarta generación del Mazda3, que será el encargado de hacerlo debutar en Europa. Posteriormente se irá integrando en el resto de modelos. Se trata de una segunda generación del GVC, añadiendo una función más que mejorará el comportamiento y la sensación de comodidad para su conductor. Y es que ahora facilita el autocentrado y la estabilidad lineal del coche.

G-Vectoring Control

Cuando probé el Mazda3 de anterior generación, hace casi dos años, su comportamiento dinámico me gustó mucho. Me gustó porque, aunque no era un coche con un planteamiento deportivo, se sentía muy ágil y estable en todo momento, pudiendo llegar a sentirse como divertido en algunas circunstancias y sin penalizar el confort en absoluto. Esto, en buena parte, se debía al G-Vectoring Control (de primera generación).

Este sistema se encarga de variar el par motor en determinados casos y dependiendo del movimiento del volante. Con esto se conseguía cargar ligeramente más peso en el tren delantero a la entrada de la curva para mejorar la capacidad de guiado. A la salida de las curvas, también dependiendo de la posición del acelerador y del volante, se incrementa el par para cargar más el tren trasero y hacerlo más estable. En resumidas cuentas, se optimizaba la carga sobre cada rueda.

Mazda3

La marca japonesa afirmaba que con esta solución se mejoraba el tacto de conducción, pero que también se mejoraba el confort de viaje para conductor y ocupantes, reduciendo las posibilidades de mareo. Se basaban en ello porque, al parecer, las inclinaciones laterales de la carrocería disminuían parcialmente. Y todo esto, a diferencia de lo que hacen otros rivales, sin utilizar el sistema de frenos; solo actuando muy ligeramente en el par motor.

La actualización, el Mazda G-Vectoring Control Plus

Ahora, esta segunda generación denominada Mazda G-Vectoring Control Plus aporta una nueva funcionalidad. Ahora sí utiliza los frenos, y lo hace para buscar una mayor estabilidad lineal a la salida de las curvas.

Mazda comenta que, a la salida de los virajes, cuando el conductor empieza a devolver el volante a la posición central, el GVC Plus realiza unas ligeras fuerzas de frenado en las ruedas exteriores para que el vehículo retome la línea recta de una forma más ágil.

En teoría, esto permite que el coche responda mejor en caso de realizar una maniobra evasiva de emergencia -un volantazo cuando queremos esquivar un obstáculo- y también ante cambios de carril a alta velocidad o incluso en conducción sobre firmes deslizantes.


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