El Ford Mustang 2018 por fin ha sido revelado en el Salón de Frankfurt y trae novedades tan interesantes como el incremento de potencia hasta los 450 CV de la versión GT o los retoques aerodinámicos de su carrocería. A pesar de esto, no todo han sido buenas noticias, porque las unidades con motor Ecoboost 2.3 pierden potencia con respecto a las de su antecesor. La polémica está servida, aunque según la marca, el motivo es cumplir con la restricción de emisiones.
A pesar del decaimiento de potencia de la versión de acceso, en general el Ford Mustang se ha vuelto un coche incluso más radical que antes. Ya por fuera se van notando cuáles son las intenciones de la marca, con las nuevas entradas de aire en el capó y los rasgos más afilados del morro. Además, la trasera el GT ahora cuenta con cuatro tubos de escape en lugar de dos para dejar claro el incremento de potencia. Pero, retoques de diseño a parte, lo que es realmente de agradecer es el método que han usado para conseguir esos CV extra.
Motores del Mustang: una de cal y otra de arena
El motor del Mustang GT 2018 sigue siendo el mismo que el de la generación saliente, un V8 atmosférico de 5.0 litros. La tradición sigue siendo lo primero para Ford en esta versión. Así que, una vez queda descartado el turbo para aumentar la potencia, a la casa americana solo le quedan dos opciones para conseguir más CV: o más cilindrada o más revoluciones.
La primera opción acarrearía más costes por motivos de fabricación y de adaptación del coche, así que el resultado final ha sido el aumento de revoluciones máximas. Una buena noticia para los que buscan diversión al volante. Además, en principio no hay que preocuparse por la fiabilidad del bloque, porque hace poco hemos visto cómo exprimían incluso más este motor en el nuevo TVR Griffth.
En cuanto al motor 2.3 Ecoboost, que es el que monta la versión descapotable de la foto, las noticias no son tan halagüeñas como en el motor del GT. Su potencia pasa de los 317 CV que tenía antes a 290 CV, según Ford este descenso no altera las prestaciones del coche y se debe al nuevo filtro de partículas que han tenido que añadir para cumplir con la normativa Euro 6.2. Esta pieza crea un aumento de presión en el sistema de escape cuando llega a determinados niveles de potencia, así que han preferido curarse en salud.
Más deportividad gracias al nuevo cambio y la suspensión
A parte de las modificaciones de los motores, el nuevo Ford Mustang 2018 ha mejorado en dos partes clave. En primer lugar, la caja de cambios automática de seis velocidades se ha sustituido por otra de 10 que mejora las prestaciones y el consumo del coche, aunque todavía no han revelado los datos oficiales. En segundo lugar, la suspensión puede elegirse como opción del tipo MagneRide ajustable, para poder adaptarse al modo de conducción del conductor y las condiciones de la calzada.
Otra novedad interesante, es que la función para calentar los neumáticos traseros ahora también está disponible para la versión Ecoboost 2.3 (antes solo podía equiparla el GT). Esta función permite derrapar las ruedas traseras en parado bloqueando el tren delantero, al más puro estilo de las carreras drag. Cuando se selecciona este modo, aparece un gráfico que muestra la temperatura en la nueva pantalla LCD de 12 pulgadas.
El interior del Ford Mustang 2018 también ha sido reformado con plásticos de mejor calidad y tacto más blando en el salpicadero y las puertas. En cuanto a su equipamiento ahora tiene luces LED de serie, control de crucero adaptativo como opción, y lo que es más importante, sistema de ayuda de mantenimiento en carril y otros sistemas de seguridad. Algo que se echó en falta en la anterior generación que solo consiguió tres estrellas en los test Euro NCAP por no incorporarlos. El nuevo Mustang empezará a venderse en 2018 y la publicación de sus precios para España se espera a finales de este año.
