YouTube es un sitio web donde podemos echar horas y horas disfrutando de la temática prefiramos. Música, cultura, vídeos de risa, caídas tontas, tiernos gatitos, curiosidades, documentales y un larguísimo etcétera. También podemos entretenernos dentro de nuestro sector, bien viendo los vídeos de Actualidad Motor -o de la competencia- o alucinando con accidentes o salvadas épicas.
El caso es que un nuevo vídeo relacionado con los coches se está haciendo viral, el vídeo que os dejamos tras el salto. La verdad es que no es nada raro que se esté viralizando, pues ver como un coche de lujo vuelca a muy baja velocidad en un entorno urbano y sin chocar con ningún otro vehículo, son de esas cosas que cuestan creer a no ser que las veas. El protagonista, un Mercedes-AMG GLE 63 Coupé.
En este breve vídeo podemos ver como el lujoso SUV, con varias personas a bordo, da un par de acelerones. No sabemos si la intención era hacerlo derrapar en la rotonda o, simplemente, hacer sonar su motor V8 de 5.5 litros biturbo. Recordamos que es un coche que supera los 140.000 euros y que rinde 557 CV y 700 Nm de par, con un peso de más de 2.300 kilos.
El caso es que, en un tercer intento, coge velocidad y cierra demasiado la dirección. La rueda interior delantera toca con el bordillo de la rotonda lo que, junto al gran agarre de los neumáticos, hace que el lado izquierdo del Mercedes-AMG GLE 63 Coupé pierda el contacto con el suelo y en pocos instantes acabe con las cuatro ruedas mirando al cielo.
Tal vez si hubiera sido un coche con el centro de gravedad más bajo o con menor adherencia, todo hubiera quedado en un simple llantazo. Pero no, en esta ocasión, la escena termina con un coche de lujo volcado en una rotonda. Decía un anuncio de neumáticos que “la potencia sin control no sirve de nada”, aunque en este caso podemos aplicar mejor el refrán de “Dios da pan a quien no tiene dientes”.
Esperamos que nadie resultara herido y que todos los daños se los llevara el pobre SUV de Mercedes. Me gustaría hacer mención especial a un pequeño detalle, y es que, si os fijáis, el copiloto lleva el brazo por fuera de la ventanilla, una costumbre que, personalmente, me da pánico de ver por lo peligrosa que es.