Mazda presentó en 2019 su primer coche eléctrico, el Mazda MX-30. Se trata de un crossover eléctrico con un diseño muy diferenciado. También llama la atención su autonomía, que es de tan solo 200 kilómetros en el uso combinado, aunque asciende hasta los 262 kilómetros en el entorno urbano.
Claramente la pregunta principal es si este coche eléctrico, con tan poca autonomía, encajará bien entre los clientes. Hay que tener en cuenta que la mayoría de nuevos modelos eléctricos suelen ofrecer unos 300 kilómetros de alcance. ¿Cómo justifica la marca de Hiroshima esta decisión de no ofrecer tanta autonomía?
Ayer mismo asistimos a una rueda de prensa digital sobre este crossover eléctrico. Mazda nos explicó que, según sus estudios, la mayoría de conductores europeos recorre menos de 50 kilómetros al día, por lo que no es necesario ofrecer una autonomía muy amplia. Además, una batería más grande añadiría más peso al conjunto -por lo que gastaría más electricidad- y, obviamente, producirla es más caro y contaminante.
En cierto modo, desde un punto de vista objetivo, tiene mucha lógica. Sin embargo, si otro modelo de tamaño y precio similar ofrece un 50 % más de alcance, aunque tampoco te sirva para realizar largos viajes, probablemente te incite a adquirir ese otro coche. Más que nada por aquello de tener un poco más de margen en tus desplazamientos.