La Comunidad de Madrid ya cuenta con nuevos radares de tramo activos. Se encuentran situados en distintos lugares de la región, aunque se hallan dentro o cerca del término municipal de la ciudad capital de España. Se trata de cuatro dispositivos que se suman a los casi 90 de este tipo que ya existían en todo el territorio nacional. En realidad, llevan instalados desde hace mucho tiempo, pero no estaban en funcionamiento hasta ahora.
Desde febrero de 2023, las carreteras madrileñas estarán más vigiladas por la Dirección General de Tráfico mediante un conjunto de cuatro radares de tramo. Estos son capaces de calcular automáticamente la velocidad media de los vehículos gracias a unas cámaras de visión artificial (SPECS) que reconoce las matrículas homologadas. En caso de que un conductor supere el límite permitido (se tiene en cuenta el tiempo que transcurre entre la entrada y la salida del intervalo), será fotografiado al final del recorrido controlado.
Las sanciones aplicables a los usuarios de la vía son idénticas a cualquier otra infracción por exceso de velocidad: van desde los 100 euros (sin pérdida de puntos) hasta los 600 euros (con pérdida de 6 puntos y posibilidad de incurrir en delito penal) en función de la gravedad de la falta. Por suerte, se avisa de la presencia de estos aparatos, con antelación, a través de señales luminosas sobre los paneles informativos de la DGT. Además, se han encendido nuevas cámaras de detección de paso con semáforo en rojo. En caso de saltarse uno de estos, la multa es de 240 euros y 4 puntos del carnet de conducir).
Las ubicaciones donde se ha decidido equipar los radares de tramo mencionados son las siguientes:
- A-2: entre el puente de la CEA y el barrio de Canillejas
- A-3: entre las salidas hacía la M-40 y hacía Rivas
- M-14: entre las terminales T4 y T1-T2-T3 del aeropuerto
- M-30: entre las calles de Alcalá y Costa Rica
Fuente – DGT