Los coches eléctricos van llegando al mercado europeo y a nuestro país. Cada vez tenemos más alternativas de modelos con diferentes tamaños y características, mientras que los vehículos continúan mejorando en materia de autonomías. Sin embargo, hay datos que llaman la atención, como que en España las ventas están muy por debajo a la media europea. ¿Por qué será?
En primer lugar, hay que repasar algunos datos. Por ejemplo, durante el pasado mes de agosto las ventas de coches eléctricos en nuestro país se incrementaron en nada menos que un 155,75% respecto al mismo mes del año anterior, que es un porcentaje muy alto, pero esta comparación no es representativa.
El crecimiento es notable, pero el número de coches eléctricos sigue siendo muy pequeño
De hecho, mientras que en la Unión Europea los coches eléctricos suponen el 21% de las ventas en agosto, en España ese dato es del 6,4%. En resumidas cuentas, la cuota del coche eléctrico en España es un tercio de la media en el resto de Europa. Vamos a ver más datos.
Desde enero hasta agosto de este 2023 se han vendido en la UE casi un millón de coches eléctricos, suponiendo un crecimiento del 62,7%. La tendencia en España si hablamos de porcentajes es buena en el sentido de que este año se venden muchos más que el pasado, con una subida del 73,3%. Pero claro, si comparamos los totales, vemos que de todos los turismos eléctricos vendidos en Europa sólo el 3% pertenece al mercado español.
Algunos motivos de la baja demanda de coches eléctricos en España
Hace unos días se celebró una ponencia en Málaga, en el evento Greecities 2023, donde se pusieron esos datos sobre la mesa. Desde Powerdot España -empresa operadora de cargadores para vehículos eléctricos en espacios públicos- comentaban que falta una experiencia de recarga simple y con mayor interoperabilidad entre plataformas.
Sin duda alguna, eso es algo a mejorar. No puede ser que cualquier usuario de coche eléctrico que quiera recargar la batería fuera de su domicilio deba llevar al menos media docena de aplicaciones instaladas en su smartphone, con sus correspondientes registros, nombres o números de usuario, contraseñas, etcétera. Pero ni mucho menos es el único motivo.
Sinceramente, no creo que haya que estar ni totalmente a favor ni totalmente en contra del coche eléctrico. Dejemos eso a un lado, porque habrá personas a las que un vehículo eléctrico satisfaga todas sus necesidades y habrá a las que no. Como quien necesita un coche grande por equis motivos o a quien le viene mucho mejor un scooter de poca potencia, sin ir más lejos. ¿Tan difícil es que convivan distintas tecnologías?
Tampoco hay que olvidar que el precio de un coche eléctrico respecto a uno de combustión es muy superior y que resulta prácticamente imprescindible tener una vivienda con garaje propio para rentabilizarlo con las cargas domésticas, cuando en España alrededor del 70% de los turismos duermen en la calle.
Si a eso le sumamos que no se pueden realizar largos viajes con tranquilidad, estando obligados a preparar escalas y que, en ocasiones, los puntos de carga están fuera de funcionamiento, la verdad es que no ayuda demasiado. Ni que decir tiene que, para mejorar la experiencia de los usuarios de coches eléctricos a los niveles que se piden, se necesitan muchos más puntos de recarga en las calles y carreteras.
Las ayudas… ¿serán para siempre?
También hay que tener en cuenta que ciertas ayudas para estos vehículos “cero emisiones” desaparecerán algún día, como la posibilidad de aparcar gratuitamente en zonas de tarifas reguladas o el mismo Plan Moves III que aún está en vigor. De hecho el citado Moves III finaliza el 31 de diciembre de 2023, no estando aún confirmada su renovación.