Prueba Audi A3 3p 1.4 TFSI COD 140 CV, motor, conducción y consumos (con vídeo)

Ayer comenzábamos nuestra prueba del Audi A3 con motor TFSI de 140 caballos. Se trataba de una unidad un tanto especial, haciendo alusión a una cierta ilusión óptica, pues su diseño tanto exterior como interior es de lo más deportivo, mientras que en sus entrañas late un corazón con una distinta filosofía.

Abriendo el capó encontramos un motor 1.4 TFSI de gasolina con 140 caballos, pero con sistema de desconexión de cilindros. Además, se asocia a una caja automática S-Tronic con modo de conducción a vela. En otras palabras, todo un conjunto de sistemas para apurar hasta la última gota de combustible bajo un caparazón muy dinámico.

Sistema de desconexión de cilindros, dos y no cuatro

Audi ofrece en su A3 el interesante motor que probamos hoy. Se trata del 1.4 TFSI de cuatro cilindros y 140 caballos de potencia. Es un motor de potencia media, gasolina y sobrealimentación, pero cuenta con sistema de desconexión de cilindros (COD) para mejorar su eficiencia, resultando más ahorrador y menos contaminante.

Se trata de un sistema que, sin entrar en detalles técnicos complejos, desactiva dos cilindros de los cuatro disponibles según las circunstancias. Esto es que a media y baja carga, siempre que no haya un desnivel significativo y la demanda de par no sea excesiva, circularemos únicamente a dos cilindros. La marca asegura que el ahorro, con un tipo de conducción adecuada, puede llegar al 20%.

La ventaja es que el motor mantiene la arquitectura de un cuatro cilindros, por lo que las vibraciones no suponen un problema. Tampoco funciona en marchas cortas así que, sobre el papel, no deberíamos de notar su funcionamiento. Tanto es así que Audi nos reta eliminando del cuadro cualquier indicación sobre la activación o desactivación del sistema. Como es lógico, los cuatro cilindros vuelven a funcionar cuando se demanda potencia.

Llega el momento de arrancar el motor, y gozamos de una extremo refinamiento propio de un motor de gasolina de última generación. Ni las vibraciones ni el sonido formarán parte de la atmósfera interior. Nuestro motor va a asociado a una caja automática S-Tronic de doble embrague y modo de conducción a vela.

Rodamos los primeros metros, en ciudad, con el modo Efficiency, y las ventajas de la citada conducción a vela salen a relucir. En fases de desaceleración, siempre que no pisemos el freno, como los tramos entre semáforo y semáforo, la caja se desacopla del motor permitiendo rodar sin su retención, provocando que la velocidad no disminuya de forma tan rápida y tengamos, seguramente, que volver a acelerar (y por tanto gastar) hasta llegar al próximo semáforo.

Es un tipo de conducción que realizo en mi propio coche manual, y esas décimas de consumo se notan en circulación en ciudad. En todo caso, nuestro Audi A3 con caja automática siempre busca una relación alta para reducir al mínimo el consumo. Precisamente, el ordenador de a bordo arrojó una cifra final de 6,2 l/100 km de media, consiguiendo consumos incluso por debajo de los 5 litros en carretera aunque siendo muy difícil bajar de 8,5 l/100 km en ciudad.

Según pasan los kilómetros comienzas a jugar con estas dos barreras al consumo, la conducción a vela y la desconexión de cilindros. De la primera, decir que me parece mucho más adecuada para ciudad o retenciones, pues a mayores velocidades resulta más interesante jugar con la retención del motor que, además, tampoco es muy acusada. La desconexión de cilindros, por otro lado, es una pena que no se indique en el cuadro de mandos, porque realmente es imperceptible.

Cuando sí lo notamos es a velocidades sostenidas, siempre y cuando seamos cuidadosos con el pedal, en el momento en el que el ordenador de a bordo indica consumos de 3 l/100 km, y pensamos que tenemos bajo el pedal derecho 140 caballos. Potencia que, además, está ahí. Quiero decir, cuando el consumo no es la máxima prioridad y exprimimos el motor, nuestro A3 se convierte en un coche capaz de cerrar el 0-100 km/h en sólo 8,2 segundos. Que sea capaz de funcionar a dos cilindros no lo hace, en ningún momento, un coche lento. Al contrario.

A esto hay que sumar un funcionamiento delicioso de la caja de cambios S-Tronic, con unos cambios entre marcha y marcha casi instantáneos que nos harán disfrutar en cualquier tramo de montaña jugando con las levas tras el volante. Levas que, por poner una pega, giran con el volante y a veces es difícil encontrarlas. También cuenta con un sistema Start/Stop bastante eficaz, aunque tampoco me ha parecido de los mejores por rapidez y suavidad.

Imagen y… ¿comportamiento deportivo?

Nuestro Audi A3 se muestra muy deportivo. No por motor, sino por imagen. Cuenta con el paquete S Line y algún detalle como las llantas en forma de aspas que a más de uno han confundido con el más deportivo de la gama. Cuenta con casi la mitad de caballos que éste, y carece de tracción total, pero no por ello deja de ser efectivo.

El paquete deportivo S Line rebaja la altura de la carrocería y endurece la suspensión, pero no se convierte en un vehículo incómodo. Al contrario. Pasa algo parecido con el Mercedes Clase A que, a pesar de contar con suspensiones más rígidas (siéndolo infinitamente más en el Mercedes) el equilibrio es algo que se ha tenido muy en cuenta. Obviamente, renunciar al paquete deportivo mejora el confort.

En carretera el A3 es un coche que pisa muy bien. Cuenta con una calidad de rodadura exquisita, tanto por reacciones como por insonorización. Podemos realizar trayectos a gran velocidad sin apenas enterarnos y no por ello se compromete el comportamiento a la hora de tomar curvas.

No es un coche pasional, pero le ocurre de nuevo algo parecido al Clase A, ofrece mucha confianza. Su puesta a punto le confiere una respuesta bastante neutra y cuando pasamos curvas a alta velocidad, su tendencia al subviraje no se hace tan evidente, a menos que realmente vayamos «pasados de vueltas». Faltaría ahora comprobar si, efectivamente, el paquete S Line es en parte responsable de este comportamiento.

Si a todo esto le sumamos el motor, quedamos con un conjunto muy equilibrado. No nos sobrará potencia, como tampoco nos faltará. Y si ocurre podemos escoger un motor de 180 caballos o lanzarnos a por el más efectivo Audi S3. Claro, que el consumo y el precio van a juego.

Ofrecía, nuestra unidad, varios modos de conducción (Audi Drive Select) con los que modificar los parámetros de la dirección, de la caja de cambios o de la respuesta del motor. Mientras que en el modo Efficiency se activa la conducción a vela y se trata de buscar el menor consumo, en el modo Dynamic lo que se busca es una respuesta más viva del conjunto con una dirección algo más dura. En condiciones normales, como en carretera a ritmo normal, el modo Confort me pareció el más adecuado.

En definitiva, el Audi A3, además de calidad y tecnología, nos ofrece un comportamiento equilibrado. Tiene un comportamiento ciertamente deportivo, pero también guarda mucho confort. En cierto modo ofrece lo mejor de ambos mundos. Asociándolo a este motor 1.4 TFSI de 140 caballos con desconexión de cilindros también tendremos un coche bastante ahorrador sin tener que decantarnos por el diésel, un punto por detrás en cuanto a refinamiento.

Terminamos hoy con esta combinación ganadora tras haber descubierto su imagen y sus entresijos mecánicos. Mañana será el momento de cerrar la prueba y, como de costumbre, repasar la gama, el equipamiento, los precios, además de arrojar una pequeña valoración final.