Prueba Hyundai i30 Fastback N Performance de 275 CV

Hace casi un año ya tuvimos la oportunidad de probar el Hyundai i30 N de cinco puertas. Un compacto que cumplió con nota en apartados tan dispares como las sensaciones de conducción o la funcionalidad. Ahora le toca el turno al Hyundai i30 Fastback N. Una versión que nos tiene que demostrar si mantiene sus virtudes dinámicas a pesar de su mayor longitud.

Echemos un vistazo a su ficha técnica antes de montarnos en él. Por el momento, el Fastback N tiene necesariamente el paquete Performance. Es decir, 275 CV, el diferencial delantero N y un sistema de escape variable activo. Más adelante llegará la versión más económica de 250 CV y menor equipamiento.

Aparte de esto, las diferencias del Fastback y el cinco puertas en igualdad de condiciones son mínimas. Si comparamos las dos versiones con el paquete Performance podemos ver que hay pocos cambios sobre el papel. Ambos anuncian las mismas prestaciones, esto es, una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos y una velocidad máxima de 250 km/h.

Frontal idéntico, trasera Fastback

En el frontal no hay modo de diferenciar ambas carrocerías. Tienen exactamente la misma parrilla, parachoques y línea roja en la parte baja. También es igual en los faldones laterales y los detalles de las puertas, hasta que llegamos a la zaga, donde el coche cambia por completo.

La ventanilla trasera es de menor tamaño y acaba en una punta redondeada para encajar con la forma del techo descendente. Esta línea continúa sin interrupciones hasta el alerón, que remata el portón del maletero con una forma de “cola de pato”. Una forma que hemos visto muy parecida en recién desvelado Hyundai Sonata.

Para cuadrar con esta carrocería más alargada, los pilotos traseros son algo más afilados que en el cinco puertas. Además, la línea roja que cruza el difusor es más alargada y acaba en curva hacia abajo en los extremos. Al no contar con el mismo alerón del cinco puertas sobre la ventanilla trasera, la luz de freno triangular pasa al difusor del Fastback con la función de antiniebla.

Más largo, ¿pero menos dinámico?

Hasta ahí el diseño. Ahora le toca el turno a los números del i30 Fastback N. Con este cambio de carrocería, comienza a hacerle la competencia a coches como el Audi A3 Sedán o el Mercedes Clase A Sedán. Sus dimensiones exteriores son prácticamente idénticas al compacto alargado de los cuatro aros.

Este aumento de dimensiones tiene varias consecuencias para el i30 de altas prestaciones. Y algunas de ellas nos han sorprendido para bien. Con sus 55 litros más de maletero (450 en total), el Fastback N mide 12 cm más que su hermano compacto y solo aumenta su peso en 12 kg. Unos cambios despreciables para cuestiones de dinámica, prestaciones y consumo. Pero es que además, hay una característica que mejora contra todo pronóstico.

Aerodinámica Fastback

Al ser ligeramente más bajo, pero sobre todo por la forma de su carrocería, esta versión larga tiene una aerodinámica mejor. Según los datos proporcionados por la marca, el cinco puertas tiene un coeficiente de resistencia (Cx) de 0,32, mientras que el Fastback se queda en los 0,297.

Ya que estamos hablando de peso, un factor tan importante en los coches que buscan prestaciones y diversión al volante, hay un extra que merece una especial mención: el techo solar. Un equipamiento muy valorado por estética y por el extra de luz natural que da al habitáculo, pero que tiene una desventaja.

Su peso es 130 kg mayor que el techo de chapa convencional. Una carga extra significativa, que además va ubicada en la parte alta de la carrocería y que por lo tanto afecta más a su dinámica. Este peso no proviene solo del mecanismo, sino también de los refuerzos necesarios para mantener la resistencia de la estructura.

Cabe mencionar que no es una cuestión exclusiva de este coche. La mayoría de los modelos que incluyen este techo adolecen del mismo problema, independientemente de la marca. Además no es una desventaja significativa para una conducción fuera de circuito, salvo para los conductores con las exigencias más altas en cuanto a dinámica.

El motor 2.0 T-GDi con paquete Performance

El motor de esta versión N mejora sensiblemente con el paquete Performance. Sin embargo, no es tanto por los 25 CV extra como por la mayor elasticidad que demuestra. En la versión con 250 CV (que llegará más adelante) la entrega de par máximo está entre las 1.750 rpm y las 3.500 rpm, lo que nos deja un intervalo de solo 1.750 rpm. En la de 275 CV, este rango va desde las 1.750 rpm hasta las 4.200 rpm, lo que nos da un margen más amplio de 2.450 rpm para jugar.

Pero aparte del rendimiento del motor, el i30 Fastback N tiene varios detalles que reafirman su deportividad. Por ejemplo, en la instrumentación hay unas luces que indican cuándo cambiar si se quiere sacar el máximo partido a la aceleración del coche. Una barra dividida en cinco partes que se van iluminando a medida que llega el momento de engranar la siguiente marcha.

El sonido también es un detalle que se nota especialmente cuidado por los creadores de esta versión. Si seleccionan los modos de conducción más deportivos, se puede oír el petardeo de los tubos de escape, al levantar el pie tras una aceleración fuerte. Además, su sonido siempre es grave y deportivo.

Al volante del i30 Fastback N

Una vez que tenemos claros los números del Hyundai i30 Fastback N solo nos queda ponerlo a prueba de verdad. En la presentación nacional de este modelo no hemos podido sino confirmar lo que comprobamos con el cinco puertas. Es comportamiento de este coche está a la altura de los más grandes y las sensaciones que transmite son incluso mejores.

Para empezar cuenta con ayudas pensadas para potenciar su rendimiento y diversión al volante. La primera de ellas es el Launch Control, que permite que este i30 salga desde parado aprovechando todo su potencial y evitando la pérdida de tracción. Sorprende lo bien que sale teniendo solo tracción delantera. A lo que sin duda contribuye el agarre de los neumáticos Pirelli P-Zero.

La segunda ayuda pensada para el rendimiento es el Rev-matching o ajuste de revoluciones. El motor controla en vacío las rpm de manera automática para prepararlo para la siguiente marcha. es decir, una suerte de punta tacón que realiza la electrónica del coche por nosotros. Su funcionamiento es el siguiente: si insertamos una marcha más corta, el motor se revoluciona por sí solo manteniéndose justo en el punto correcto para cuando soltemos el embrague.

Dejando estas ayudas electrónicas a un lado. El i30 Fastback N es un coche muy divertido de conducir aun sin activarlas. En especial nos ha gustado el tacto de su dirección, que lleva montado el motor en la columna de dirección. Cada pequeña corrección que hagamos se transmite casi instantáneamente al suelo, lo que da una sensación de conexión y control del coche muy alta. Sin embargo, sigue siendo fácil conducirlo cómodamente ya que su tacto firme elimina los pequeños movimientos involuntarios que podrían molestar en los viajes.

Cuando lo hemos conducido de forma deportiva hemos notado el típico efecto de torque steer en la dirección. Algo que ya advertimos en el cinco puertas. En español se traduciría como “dirección del par” y es la influencia que tiene a veces los motores con elevado par en la dirección. Al acelerar fuerte, la dirección recibe algún que otro pequeño tirón. Lo que nos obliga a mantener el agarre del volante firme y acentúa la sensación deportiva al conducir el coche. Por supuesto, esto nunca ocurre al conducir a un ritmo normal.

Un i30 Fastback N en el día a día

A esto contribuyen los diferentes modos de conducción. Tres convencionales llamados Eco, Normal y Sport que se controlan en el botón izquierdo del volante, y otros dos que se activan en el derecho, el N y el N Custom. Este último, completamente configurable en todos los componentes por separado: motor, suspensión, rev-matching, control de estabilidad, dirección y escape.

Con el modo eco y normal hemos hecho un trayecto por carreteras de 90 km/h y autopista muy agradable. La respuesta del motor ha sido suave en todo momento. Si bien es cierto que en esta presentación no hemos tenido tiempo de realizar una prueba completa de consumo, puede servirnos de referencia la realizada con la versión de cinco puertas. Los datos registrados fueron 8,4 litros en autopista, 7,8 litros en carreteras de 90 km/h y 10,6 en ciudad, en unas condiciones de tráfico denso (con poco tráfico serán en torno a 0,5 litros menos). Lo que supone un consumo razonable para un coche de estas características.

El modo más blando de la suspensión permite usar el i30 Fastback N de forma suficientemente cómoda, siempre que la calzada no esté demasiado deteriorada. A pesar de que se nota de forma clara como los amortiguadores absorben mejor las imperfecciones del suelo, no hay que olvidar que se trata de un coche con un enfoque deportivo.

Además de la versatilidad de su motor y puesta a punto, este modelo es más práctico que el cinco puertas por el tamaño extra de su maletero. Se agradece que para acceder a él hayan optado por un portón completo, que deja una boca de carga mayor que por ejemplo la del Mercedes Clase A Sedán.

El espacio del Fastback N

Las formas del maletero permiten que aprovechemos fácilmente sus 450 litros. El único inconveniente son las barras antitorsión que asoman al fondo. Cuando se usa con los asientos traseros abatidos interrumpen la superficie de carga. Así que lo bultos largos pueden tener un mal apoyo. Sin embargo, cuando se usa el maletero con los asientos en su sitio, las barras no estorban.

En cuanto al habitáculo. Todas las cotas delanteras son exactamente las mismas que en la versión de cinco puertas. En realidad la única forma de diferenciarlo de aquella es fijándose en algunos detalles estéticos. Los botones de los modos de conducción son negros en lugar de azules y las salidas de aire tienen los bordes rojos.

El espacio en las plazas delanteras es muy bueno, especialmente en altura (con techo solar disminuye ligeramente). En las plazas traseras el espacio es aceptable, aunque es ligeramente más estrecho y bajo por la forma de la carrocería Fastback. Como suele ser en este tipo de coches, la plaza central trasera también es demasiado pequeña para que un adulto viaje cómodamente, pero es aceptable para trayectos cortos.

Equipamiento con el paquete Performance

El equipamiento de serie del Hyundai i30 Fastback N es igual al del cinco puertas. Así que cuenta con pantalla táctil de 8 pulgadas, cámara de marcha atrás, climatizador bizona, sistema de carga inalámbrica, Apple CarPlay, Android Auto y suspensión activa regulable. Además viene de serie con ayudas a la conducción como sistema activo de cambio involuntario de carril, asistente de luces largas, detección de fatiga del conductor, frenada autónoma de emergencia y control de crucero.

Además de estos equipamientos, al llevar el paquete Performance lleva otros equipamientos relacionados con el confort como calefacción para los asientos, apertura y arranque sin llave, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, y sensor de lluvia.

Conclusión

El Hyundai i30 Fastback N es un coche perfecto para los que buscan diversión al volante. Sus cualidades dinámicas ya son buenas sin el paquete Performance, pero con él se vuelve notablemente más eficaz tanto en rectas como en curvas. A pesar de esto, sigue siendo un coche lo suficientemente versátil como para un uso cotidiano. Solo es necesario elegir el modo de conducción Eco, para conseguir una respuesta suave y cómoda del motor, la dirección y el escape. La suspensión también se puede ablandar sensiblemente, pero es el elemento que cuyo tarado deportivo más se deja notar en todos sus modos.

Además, el hecho de que tenga más maletero con un crecimiento tan leve de la carrocería lo convierte en muy buena opción frente al propio cinco puertas de Hyundai o cualquier otro coche de la competencia. El equipamiento de serie de este coche también es un buen punto a su favor. Pocos coches incluyen tantos elementos sin que su precio aumente considerablemente. Además, después de probar el i30 N con y sin paquete Performance, podemos decir sin temor a equivocarnos que merece la pena por su buena relación entre lo que ofrece y el precio.