Prueba Mercedes GLC 220 d, el diésel 197 CV y etiqueta Eco (con vídeo)

Prueba Mercedes GLC 220 d

El Mercedes GLC de segunda generación se ponía a la venta tras el verano del 2022. Ni que decir tiene que este SUV para el segmento D fue el principal lanzamiento del año para Mercedes. Ya lo conocimos y lo probamos en su presentación nacional, pero ahora lo hemos tenido durante toda una semana para examinarlo bien a fondo y profundizar en cada aspecto.

Como muchos de vosotros ya sabéis, los principales rivales del Mercedes GLC son los Audi Q5, BMW X3 y Volvo XC60. Todos ellos son modelos premium de tamaño similar. Sin embargo, una ventaja importante del Mercedes GLC es que el resto ya lleva varios años en el mercado. Eso sí, hay que tener en cuenta que no es un coche barato, pues parte de los 60.000 euros.

Para esta prueba hemos apostado por una de las versiones mecánicas más sensatas para este tipo de coche, la diésel. Concretamente se trata del GLC 220 d, el diésel de 2 litros con 197 CV y un apoyo eléctrico gracias a la red de 48 voltios que lo convierte en un sistema microhíbrido. Es por ello que presume de la etiqueta Eco de la DGT en el parabrisas, pero de todo esto hablaremos más dentro de unas líneas.

Mercedes GLC, una estética señorial y deportiva

Calandra Mercedes GLC

El Mercedes GLC mide 4,71 metros de largo y 1,89 de ancho, por lo que es un coche grande. De hecho, ha crecido respecto a la generación anterior. Hay que tenerlo en cuenta, porque no es el típico coche que lo aparcas en cualquier hueco ni el que mejor se adapta a las minúsculas plazas de garaje tan habituales. La altura es de 1,64 y la batalla se sitúa en los 2,89 metros.

En lo que a estética se refiere, la imagen de marca sigue muy presente y se reconoce fácilmente como un Mercedes por las formas principales. En cualquier caso, también es un coche totalmente nuevo. Podríamos decir que ha tenido un diseño evolutivo. Y tampoco me extraña, porque el anterior funcionó muy bien y éste simplemente se ha adaptado.

Prueba Mercedes GLC trasera

Esta unidad que probamos viene con el paquete AMG Line, que siempre aporta ese toque deportivo mediante paragolpes específicos, la parrilla diamantada, detalles en negro o frenos sobredimensionados. Es la terminación que más se vende en España, aunque también está el acabado Avantgarde, con líneas más elegantes. Poca elegancia transmiten las salidas de escape falsas de estilo cromado integradas en el paragolpes posterior.

El habitáculo asombra por tecnología

El interior del Mercedes GLC parece atraparnos cada vez que entramos en el coche. De hecho, no tengo dudas de que que para aquellas personas que no estén muy al día con la tecnología actual pueda intimidar. Tenemos una enorme pantalla táctil para el sistema multimedia, un cuadro de instrumentos digital y un volante con controles táctiles.

Prueba Mercedes GLC interior

Comenzando por la pantalla multimedia de casi 12 pulgadas, su funcionamiento es fantástico en todos los sentidos. Se ve bien, los gráficos son claros y sencillos, no es compleja para moverse entre menús -pese a que tiene muchas posibilidades-, es realmente rápida y su tacto es muy agradable.

Lo único malo es que integra el climatizador. Mal, pero dentro de lo que cabe, al menos siempre está visible y accesible en la zona inferior de la pantalla y cae a mano. Más abajo tenemos algunos botones de acceso directo y el control del audio, que también es táctil…

Los botones táctiles del volante no me parecen adecuados

Por su parte, el cuadro digital es de 12,3 pulgadas. Tiene muchas funciones y distintos modos de visualización, controlándose desde el volante. Volante que también tiene botones táctiles. Esto sí que a mí no me gusta nada y me parece un error total. En más de una ocasión no he podido escoger bien la velocidad de crucero deseada o he necesitado de varios intentos para poner el volumen de la radio al nivel que quería.

Sin duda alguna, este Mercedes GLC quiere convencernos y mejorar su presencia con un alto nivel tecnológico. Es un coche que entra por el ojo, que convence a los clientes más por impresión visual que por calidad de componentes, por ejemplo. Y si no, echad un ojo a la iluminación ambiental interior, especialmente por la noche.


A nivel de calidad general de materiales y ajustes, no seré yo quien diga que está mal, ni mucho menos, pero sí esperaba verlo en un peldaño por encima. Por suerte, esta unidad tiene algunos opcionales como un acabado en símil carbono para la consola central que no deja ver tanto el polvo y las huellas, pero de serie es negro brillante.

Las plazas traseras son amplias, pero no para tres adultos

Prueba Mercedes GLC plazas traseras

Con una batalla de 2,89 metros, ya os podéis imaginar que el espacio para las piernas en la segunda fila es bastante bueno. Así es, adultos dentro de una talla convencional podrán viajar sin problema. El espacio para la cabeza también es bueno, más aún si tenemos en cuenta que esta unidad probada lleva techo solar practicable, que siempre rebaja un poco de altura.

Pese al tamaño del coche, la plaza central no es demasiado práctica. La banqueta es estrecha y el mullido es más bien duro, mientras que el túnel de transmisión es bastante grande, por lo que se puede utilizar en ocasiones puntuales pero no es recomendable si pretendes usarla a diario. Por cierto, una pena que la banqueta trasera no cuente con ajuste longitudinal para repartir el espacio entre estas plazas traseras del Mercedes GLC y su maletero.

Maletero generoso, aunque con «trampa»

Prueba Mercedes GLC maletero

Y hablando de maletero, tenemos portón con apertura y cierre automático; ¡faltaría más! Sin embargo, al abrirse no parece que sea un espacio enorme. Dice Mercedes que son 600 litros, pero dicha cantidad es la suma del compartimento principal y del hueco, que es bastante grande, que tenemos bajo el piso principal. Arriba son 400 litros y debajo los 200 restantes.

Las formas son muy regulares, los tapizados bastante agradables, la boca de carga está enrasada, hay argollas y demás elementos para sujetar la carga y podemos tumbar los asientos traseros con unos tiradores. Por cierto, en el caso de los motores enchufables, la capacidad total es de 400 litros, ya que se pierde ese espacioso doble fondo.

Motores disponibles en el Mercedes GLC

Prueba Mercedes GLC motor diésel

Pasando a las mecánicas, todos los motores tienen electrificación en mayor o menor medida. Hay versiones microhíbridas en diésel y gasolina, así como motorizaciones híbridas enchufables también en diésel y gasolina. Del mismo modo, todos tienen cambio automático y tracción a las cuatro ruedas 4Matic.

Con etiqueta Eco y sistema eléctrico a 48 voltios están los diésel GLC 220 d y GLC 300 d, rindiendo potencias de 197 y 269 CV; además de los gasolina GLC 200 y GLC 300, que dan 204 y 258 CV. El apoyo eléctrico es importante, con 23 CV extra.

Etiquetas emisiones DGT
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Como híbridos enchufables, que llevan etiqueta Cero emisiones, aparecen los GLC 300 e y GLC 300 d e, que son gasolina y diésel respectivamente para desarrollar 313 y 333 CV. Ambos se apoyan en una batería de nada menos que 31,2 kWh de capacidad, que les permite homologar autonomías en modo eléctrico por encima de los 100 kilómetros.

En nuestro caso, estamos probando la versión 220 d, es decir, la menos potente de todas pero probablemente la más sensata. Pese a ello, llevamos un motor 2 litros diésel con apoyo eléctrico y etiqueta Eco. Desarrolla 197 CV y 440 Nm de par, ahí es nada. Según su ficha, puede hacer el 0 a 100 en 8 segundos y ponerse a casi 220 km/h. El consumo mixto homologado es de 5,2 l/100 km.

Al volante del GLC 220 d, el ideal

Prueba Mercedes GLC 220 d

Decía antes que probablemente el 220 d sea el motor ideal. Creo que es así porque tiene un empuje más que suficiente para el uso normal, con una buena reserva de par motor, y además los consumos están muy ajustados, aunque de consumos hablaremos más detalladamente dentro de unas líneas porque la verdad es que son muy buenos.

Aunque no llegan vibraciones al interior, porque la verdad es que el aislamiento del habitáculo es fantástico, sí llega el ruido petrolero del motor cuando aceleramos fuerte. En una conducción suave apenas lo apreciaremos porque la caja de cambios siempre lleva el motor bajo de vueltas, pero en adelantamientos, incorporaciones o cuando queremos salir rápido, sí se deja notar.

Y ya que he mencionado la caja de cambios, es automática con nada menos que 9 marchas. Funciona de una forma muy suave y es bastante inteligente, por lo que prácticamente nunca tendremos que utilizar las levas. Por cierto, como detalle, en novena velocidad si circulamos a 120 km/h el motor gira a algo menos de 1.500 revoluciones por minuto; muy bajo de vueltas.

Prueba Mercedes GLC perfil delantero

Pero lo más destacable es el funcionamiento conjunto del motor térmico, la caja de cambios y el sistema eléctrico de 23 CV. Todo trabaja con mucha suavidad, tanto que el arranque y la parada del motor diésel pasa inadvertido y en muchas ocasiones no nos damos ni cuenta de estas gestiones. Es decir, que está muy bien afinado en este sentido. También el pedal de freno y el paso de la frenada regenerativa a la convencional.

Firme, aunque no por ello incómodo

A nivel de chasis, se siente ligeramente firme. No consideraría a esta suspensión como seca, pero sí es un tanto firme a la hora de pasar por baches bruscos. Para los que dais muchísima importancia a la comodidad, podéis optar por la suspensión neumática opcional, que aportará ese plus. Con esta del acabado AMG Line, que es más rígida que la de serie, en carreteras de curvas aguanta bien las inercias y evita balanceos, mientras que en autovía y autopistas muestra un buen rodar.

Prueba Mercedes GLC lateral

Mercedes ofrece de forma opcional un paquete -por casi 4.000 €- que incluye la citada suspensión neumática y, además, el eje trasero direccional que puede orientar las ruedas posteriores en 4,5 grados, reduciendo bastante el radio de giro, algo que viene especialmente bien para maniobras en lugares estrechos, pero también para carreteras muy retorcidas.

Este coche también cuenta con varios modos de conducción. El estándar es el Confort y luego aparecen otro más deportivo, uno que busca la mayor eficiencia y otro individual. Además de estos, también tenemos un modo offroad que adapta el coche para mejorar tracción y sortear obstáculos con más garantías. Recuerdo que todos los GLC son de tracción total.

Consumos Mercedes GLC 220 d

Mercedes GLC diesel consumo

Pasamos ahora a los consumos, uno de los puntos más destacables de este GLC diésel. No sé cómo lo han hecho, pero es muy poco sediento. Si a esto unimos un depósito con capacidad para 62 litros, podemos obtener autonomías superiores a los 1.000 kilómetros en carretera.

Y es que en autovía a 120 y realizando una conducción normal, el consumo se sitúa en apenas 6 litros. Sí, 6 litros con un SUV grande y pesado que ronda las 2 toneladas. ¡Muy bien! En ciudad tampoco se dispara y lo normal es estar alrededor los 7,5 más o menos. Durante toda la semana de prueba, el consumo ha sido de 6,5. Me parece muy bueno teniendo en cuenta el tipo de coche.

Conclusiones

Mercedes GLC interior

El Mercedes GLC continúa la senda de la primera generación con un diseño muy elegante en el exterior, añadiendo un toque muy tecnológico y visual en el habitáculo. Las calidades son correctas, pero no te transmite ese altísimo lujo e impresión de calidad tan cuidada que puedes esperar en un coche de este precio.

Y hablando de precios, el Mercedes GLC más económico tiene una tarifa oficial que roza los 60.000 euros para la versión 200 de gasolina. Unos 62.750 euros si apostamos por este motor diésel. Pero claro, si te pones a añadir todos los extras que lleva esta unidad, como el paquete AMG Line, el color azul náutico metalizado, las llantas opcionales o los fantásticos faros Digital Light entre muchos otros, se va a los 80.000 euros… ¡Casi nada!

Precios Mercedes GLC

Mercedes GLC llantas

Motor Cambio Tracción Precio
Motor Cambio Tracción Precio
GLC 200 Automático 4Matic 59.965 €
GLC 220 d Automático 4Matic 62.743 €
GLC 300 d Automático 4Matic 71.050 €
GLC 300 Automático 4Matic 72.525 €
GLC 300 e Automático 4Matic 74.997 €
GLC 300 de Automático 4Matic 77.725 €

Opinión del editor

Mercedes GLC
  • Valoración del editor
  • Puntuación 4.5 estrellas
59.965 a 77.725
  • 80%

  • Mercedes GLC
  • Reseña de:
  • Publicado el:
  • Última modificación:
  • Diseño exterior
    Editor: 80%
  • Diseño habitáculo
    Editor: 85%
  • Plazas delanteras
    Editor: 80%
  • Plazas traseras
    Editor: 80%
  • Maletero
    Editor: 70%
  • Mecánica
    Editor: 80%
  • Consumos
    Editor: 95%
  • Confort
    Editor: 80%
  • Precio
    Editor: 50%

Pros

  • Consumos muy ajustados
  • Rendimiento óptimo del motor diésel
  • Estética interior muy atractiva

Contras

  • Precio elevado (desde 60.000 euros)
  • Botones táctiles en el volante
  • Sonoridad del motor diésel en aceleraciones

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