Para aprender a conducir un coche están las autoescuelas, aunque no está de más entender los principios básicos antes de sacarte el carnet. Por eso, en este artículo te vamos a dejar claros los fundamentos del manejo de un coche. Sin que por ello debas envalentonarte a coger uno si no has recibido las clases pertinentes. Una cosa es que sepas cómo utilizar los pedales o el cambio y otra muy distinta es saber circular con él de forma segura.
Lo primero que se debe tener grabado a fuego en la memoria es que es una máquina de una o dos toneladas de metal. Una idea que pocas veces se deja claro a los alumnos cuando se sacan el carnet de conducir. Esta característica unida a la enorme velocidad que puede alcanzar, lo convierte en un aparato muy peligroso si no se usa con responsabilidad.
Una vez que se tiene bien claro que aprender a conducir un coche no es un juego. Se puede empezar a profundizar en el uso de cada uno de sus elementos. Estos son los pedales, el cambio, el volante, los elementos de señalización, los espejos retrovisores y el freno de mano. Todos ellos piezas imprescindibles para utilizar bien el vehículo.
Los pedales y el cambio
Coche manual
Empecemos por la parte que suele traer más complicaciones, pero que es imprescindible para mover el vehículo. En un coche con cambio manual verás tres pedales: a la derecha está el acelerador, en el centro el freno y a la izquierda el embrague. Con el acelerador y el freno no tendrás problemas para entender su funcionamiento. Uno mueve el coche y el otro lo frena. Pero la cosa es algo más compleja con el tercer pedal.
Para qué sirve del embrague
Ésta es la parte que más quebraderos de cabeza suele traer a los neófitos que quieren aprender a conducir un coche. Sin detenernos en el funcionamiento del embrague, como conductor solo necesitas saber que es necesario para meter las marchas. El coche no se mueve si no tiene una marcha metida, es decir, si está en punto muerto.
- Para usar bien el embrague y empezar a desplazarte con el coche, primero debes pisarlo y, mientras tengas el pie apretándolo hasta el fondo, poner la primera marcha.
- Una vez que lo hayas hecho, debes ir soltando el embrague poco a poco. Verás que gran parte del recorrido del pedal no hace nada y solo cerca del final es cuando el coche empieza a moverse.
Aviso: hay muchos coches en los que se necesita apretar un poco el acelerador, al mismo tiempo que sueltas el pedal de embrague. Esto es así porque para empezar a moverse necesitan un extra de potencia. Es lo que suele pasar con los motores gasolina. Aunque es recomendable en cualquier coche si quieres salir rápidamente.
El error más común con el embrague
Como te hemos dicho, gran parte del recorrido del embrague no hace nada, solo cerca del final se nota que el motor empieza a mover las ruedas. Pues bien, el error más común de los novatos es acelerar cuando todavía están en esa parte del embrague que no conecta el motor. De ahí los grandes acelerones sin que el coche se mueva o se mueva muy poco.
Para evitar esto, se debe acelerar solo cuando se llega a esa parte del recorrido del embrague que conecta el motor, y no mucho. Solo lo justo para que el coche se mueva adecuadamente. Para que te hagas una idea, cuando se hace bien, solo se llega aproximadamente a las 1.200 rpm para mover el coche. Si llegas a las 2.000 es que lo estás haciendo mal, con el consiguiente desgaste del embrague. Por supuesto, estas indicaciones básicas son para cuando estás en llano. Tendrás que revolucionar el coche más si quieres mover el coche en una cuesta hacia arriba.
Bien, ya hemos metido primera y el coche puede moverse. Pero ahora toca saber meter el resto para aprender a conducir un coche de verdad. Igual que en una bicicleta con marchas, tendrás que ir cambiando para llegar a velocidades más altas pedaleando menos veces. Imagina que quieres correr con ella solo con la marcha más corta. Solo conseguirás pedalear muy rápido mientras te mueves muy lento y, dicho sea de paso, irás haciendo el ridículo.
Después de ganar velocidad con la primera, toca meter la segunda marcha. Puedes hacerlo por ejemplo cuando el coche llegue a las 2.000 rpm. Para ello, tendrás que:
- dejar de acelerar,
- pisar el embrague hasta el fondo,
- poner la palanca de cambios en el número dos,
- y soltar el embrague suavemente
El error más común al cambiar de marchas
Aquí se puede ver si a alguien le queda mucho para aprender a conducir un coche en condiciones. Como te hemos dicho, debes dejar de acelerar y pisar el embrague. Así que lo que ocurre es que el motor perderá revoluciones rápidamente. Esto es bueno porque vamos a meter una marcha más larga, que por lo tanto mueve el coche con menos revoluciones. El error es ser demasiado lento y dejar que las revoluciones caigan demasiado. Muchos novatos tardan tanto que las revoluciones caen al mínimo y cuando meten la siguiente marcha las revoluciones tienen que volver a subir hasta donde era correcto.
Ejemplo de un cambio de marcha mal hecho
Simona va circulando con su coche a 40 km/h y 3.000 rpm. Ya considera que son demasiadas revoluciones, así que quiere meter la siguiente. Deja de acelerar, pisa el embrague y cambia de marcha, pero lo hace tan lento que las revoluciones bajan a 1.000 y nota que cuando vuelve a soltar el embrague, el coche frena bruscamente por un momento y luego sigue. ¿Qué ha pasado?
Para responder a esto hay que entender solo una cosa: con esa marcha, el coche de Simona va a 3.000 rpm, con la siguiente el coche irá a 2.000 rpm. Pero ella ha dejado que caigan hasta las 1.000. Así que cuando suelta el embrague, el coche tendrá que recuperar las 2.000 rpm que tiene a esa velocidad. La consecuencia es que el coche frena con el conocido freno motor y el embrague se desgasta innecesariamente.
Ejemplo de un cambio de marcha bien hecho
Simona ya ha aprendido la lección, así que esta vez tarda menos en cambiar. Va circulando a 40 km/h y a 3.000 rpm , pero ya sabe que con la siguiente marcha irá a 2.000 rpm. Así que cuando pisa el embrague y la mete, solo deja que desciendan las revoluciones hasta ese punto. El coche no frena bruscamente en el proceso y el embrague no se desgasta más de lo necesario. Acaba de hacer un cambio de marchas perfecto.
La relación entre las marchas y la velocidad
Por si te has perdido, te explicamos un concepto que debes tener claro para aprender a conducir un coche. Si vas por ejemplo a 30 km/h, lo puedes hacer con varias marchas y por lo tanto a diferentes revoluciones. En primera irás a 3.000 rpm, en segunda irás a 2.000 rpm y en tercera a 1.500 rpm. Es como en la bicicleta, a una misma velocidad puedes ir pedaleando pocas veces o muchas, solo depende de que marcha uses.
Coche automático
Si lo que quieres es aprender a conducir un coche con cambio automático, todas las complicaciones que te hemos comentado antes desaparecen. Encontrarás dos pedales: el acelerador a la derecha y el freno a la izquierda. Estos coches solo se manejan con el pie derecho, así que el izquierdo ponlo en el reposapié que suele estar a la izquierda del todo o recogerlo hacia atrás para evitar que se te escape en alguna frenada.
Verás que la palanca de cambio tiene letras en lugar de números. Te comentamos rápidamente que significa cada una:
- P: significa Parking. El coche no se moverá. Es como el punto muerto, pero además estará bloqueado de tal forma que no se podrá empujar.
- N: significa Neutral. El coche no se moverá. Es el equivalente del punto muerto, así que es posible empujarlo y caerá si está en una cuesta.
- D: significa Drive. Sirve para ir hacia adelante. Si está puesta, el coche se moverá lentamente hacia adelante aunque no aprietes el acelerador.
- R: significa Reversa. Marcha atrás. Si está puesta, el coche se moverá lentamente hacia atrás aunque no aprietes el acelerador.
- S: significa Sport. Avanzar hacia adelante en modo deportivo. No todos los coches lo tienen, pero es esencialmente lo mismo que la «D», pero el coche responde de manera más deportiva.
- M: significa Manual. Es la posición en la que el cambio automático permite cambiar las marchas al conductor manualmente. Un toque hacia atrás es una marcha más corta y un toque hacia adelante es una marcha más larga.
El volante
Te alegrará saber que dentro de lo que es aprender a conducir un coche, el manejo del volante es de los más sencillo. Sin embargo, incluso algunos conductores con varios años de experiencia lo hacen mal. La forma recomendada manejarlo es con las dos manos en él y sin cruzarlas nunca. Los conductores con experiencia sí las cruzan, pero de una forma controlada y ágil. Dado que estamos en las lecciones para principiantes no conviene que te líes con eso.
Cómo cogerlo
Imagina que el volante es un reloj y cógelo con la mano derecha en donde están las 2 y con la mano izquierda en las menos 10. Las 3 menos cuarto también valdrán. No te limites a cogerlo con una mano y no apoyes el brazo en el borde de la ventana. Un vicio habitual entre los novatos es cogerlo con la mano izquierda mientras dejan la derecha sobre la palanca de cambios.
Cómo girar
Como ya hemos dicho, la forma de girar que normalmente se recomienda al aprender a conducir un coche es evitando cruzar la manos. Es decir, que si trazamos una línea imaginaria y vertical que divida el volante en dos, cada mano se encargará de su mitad y nunca traspasará esa línea. Sin embargo, esto no siempre es posible, así que es mejor tomárselo como una norma flexible que se puede vulnerar ligeramente. Si superas esa línea con las mano un poco no pasa nada.
Nunca debes meter la mano por dentro del volante. Algo que hacen muchas personas porque les es más cómodo. El problema es que si hay un imprevisto en el que tengan que cambiar de dirección bruscamente estará en una posición muy difícil para hacerlo y probablemente acaben estrellándose contra algo.
Luces y señalización
Al aprender a conducir un coche también hay que interiorizar desde el principio el uso de las luces y los elementos de señalización. De no adquirirse el hábito desde el inicio, se puede acabar como esos conductores que se olvidan para siempre de los intermitentes.
Intermitentes
Cuando vamos a girar para tomar la siguiente calle no se trata solo de reducir la velocidad antes y coger la curva correctamente. Ya desde antes hay que señalizarlo con el intermitente hacia la ese lado. Es la palanca que se encuentra detrás del volante en el lazo izquierdo. Si la mueves hacia arriba estarás encendiendo el intermitente derecho y si la mueves hacia abajo lo estarás haciendo con el izquierdo.
Hay que usarlos cuando cambiamos de carril, cuando adelantamos, cuando vamos a girar en una intersección o cuando vamos a pararnos en el lateral de la calzada. No es necesario usarlo en las curvas o si vamos a girar en una calle en la que es el único sentido posible. Es decir, si es obligatorio girar a la izquierda y no es posible ir hacia adelante o hacia la derecha no será necesario que pongas el intermitente izquierdo. Aunque si lo haces por costumbre tampoco pasa nada.
Luces de emergencia o Warning
Es el botón con un triángulo rojo que suele estar en la consola central o cerca de la palanca de cambios. Si lo aprietas estarás encendiendo los dos intermitentes a la vez y estarás avisando a los demás conductores que estás parado hay y que tengan cuidado. También se suelen usar para indicar que vas despacio, así deben ir frenando. Por último, aunque en el reglamento no viene especificado como tal, la mayoría de los conductores los encienden cuando aparcan en doble fila, para que el resto de las personas vean que están parados y que no caigan en el error de ponerse detrás esperando a que vayan a salir en breve.
Luces de posición, de cruce o largas
El uso de la iluminación es primordial a la hora de aprender a conducir un coche. Las luces de posición sirven solo en algunas circunstancias, para que te vean, pero normalmente no se usan por sí solas. Su símbolo es el de dos faros apuntando uno a cada lado. Lo normal es que cuando no haya suficiente luz natural tengas que encender las luces de cruce (de noche, con lluvia o niebla, en interiores, en túneles). El botón o la rosca para encenderlas suele estar en el salpicadero detrás del volante, a la izquierda y abajo, o en la propia palanca de los intermitentes. El símbolo es el de un faro iluminando con los haces de luz apuntando en diagonal hacia abajo.
Las luces largas se usan solo en las condiciones en las que no se pueda deslumbrar a otro conductor y se requiera mayor visibilidad de noche. También se pueden usar con pequeños toques a modo de señales luminosas para indicar a un conductor que nos precede de que vamos a adelantarle. Siempre en carretera y asegurándote de no deslumbrar. Su símbolo es como el de las luces de cruce solo que los haces de luz apunta hacia adelante en lugar de en diagonal hacia abajo.
Luces antiniebla
Se usan para mejorar tu visibilidad en condiciones climatológicas adversas que dificultan la visión. No tanto para ver mejor tú, como para que te vean mejor a ti. El mando suele estar en el salpicadero, cerca de conde se encuentra las luces de posición y cruce. El símbolo de la luz antiniebla delantera es como el de las luces de cruce pero los haces de luz están atravesados por una línea ondulada. El símbolo de la luz antiniebla trasera es igual que éste, pero apuntando hacia el otro lado. Puedes profundizar el uso de las luces antiniebla en el artículo Cómo utilizar las luces antiniebla.
Los espejos retrovisores
Si quieres aprender a conducir un coche de verdad, debes recordar que es tan importante ver bien hacia adelante como ver hacia atrás. Por eso los coches tienen varios retrovisores: dos laterales y otro central. Cuando uno se va a poner a conducir, debe regularlos adecuadamente. Los laterales deben colocarse de tal forma el horizonte quede aproximadamente en la mitad de él y apuntando de tal forma que justo dejes de ver el lateral de tu coche. Si ves la puerta de tu coche están más puestos. Por el retrovisor central tienes que ver perfectamente todo lo que hay detrás a través de la luna trasera. Si es suficientemente pequeña verás las cuatro esquinas de las misma.
El freno de mano
Por último llegamos al freno de mano. Un elemento que no hay que olvidar al aprender a conducir un coche porque es lo que va a mantenerlo en donde lo dejemos cuando no estemos en él. Hay frenos de manos de varios tipos. Pueden ser una palanca de mano al lado del cambio, puede ser un pedal pequeño pegado a la izquierda o puede ser un botón como en mucho coches modernos.
El freno de mano debe usarse siempre que dejemos el coche estacionado. También es recomendable ponerlo cuando baje o suba la gente del coche. No es buena idea tener la marcha metida y el embrague pisado cuando se hace esto porque si te pasa algo a ti, el coche puede dar un tirón en el momento menos adecuado.
También te puede servir para arrancar el coche en una cuesta. Una de las maniobras más temidas por los principiantes (e incluso muchos que no lo son). Con el freno de mano puesto, debes ir soltando el embrague muy poco a poco mientras aceleras (recuerda no acelerar en la parte del embrague que no conecta el motor). Cuando notes que el coche quiere salir pero el freno de mano no le deja, quítalo poco a poco y verás como el coche sale sin irse ni un ápice hacia atrás.
Con esto tendrás unas nociones básicas para aprender a conducir un coche. Pero desde Actualidad Motor te recomendamos encarecidamente que no te pongas al volante de uno si no tienes el permiso de conducir. No eres el único que se jugaría la vida.