Audi TDI: 25 años de evolución en mecánicas diésel

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A lo largo de las últimas décadas los motores diésel han ido ganando adeptos hasta convertirse en mayoría. Esto ha sido posible gracias a una mayor inversión en esta tecnología que en los motores de gasolina, para aprovechar al máximo su mayor eficiencia y beneficiarse de unos consumos más bajos con un combustible también más barato. Las mecánicas diésel han evolucionado por diversas vertientes, aunque al final todas hayan ido a para a la tecnología common-rail estrenada por Alfa Romeo.

Cada marca tiene sus siglas para identificar a los motores diésel y las de Audi, y ahora el resto del grupo Volkswagen son las de TDI, una de las más famosas y que muchas veces se emplea para identificar una mecánica turbodiésel de cualquier marca. Para situarnos en los orígenes de los motores TDI tenemos que viajar 25 años atrás en el tiempo y situarnos en 1989, cuando se lanzó al mercado el Audi 100 2.5 TDI. Desde entonces la evolución de estos motores ha sido vertiginosa y Audi ha vendido más de 7,5 millones de unidades en este cuarto de siglo.

Si bien no podemos decir que Audi sea la pionera por antonomasia en motores diésel, si que es cierto que es la marca que más los está impulsando en mercados como Estados Unidos o China, donde poco a poco sus mecánicas TDI se van haciendo un hueco y aumentando la demanda, pese a que sigan siendo mayoría las ventas de vehículo con motores de gasolina. La marca también apuesta por esta tecnología en competición, como las 24 Horas de Le Mans, donde Audi se ha proclamado vencedora en ocho de nueve ocasiones con los TDI.

La historia de los motores TDI

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Pero si hacemos un repaso a los hitos más importantes de la historia TDI de Audi en vehículos de producción, volvemos una vez más a 1989 y al Audi 100 2.5 TDI. Esta berlina equipaba un motor turbodiésel de inyección directa de cinco cilindros y 2.500cc que entregaba 120CV de potencia y 265Nm a 2.250 revoluciones. 25 años después puede parecer poco, pero en su día era un motor muy potente, que en el Audi 100 era capaz de pasar la barrera de los 200km/h con un consumo de combustible muy aquilatado.

En 1994 este motor recibió modificaciones, con una nueva bomba de inyección, catalizadores y válvula EGR, que permitía llegar a los 140CV, cifra de potencia con la que se ofrecía el Audi A6 del momento.

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En 1991 es cuando llegó al mercado el que con los años se afianzó como uno de los mejores motores TDI de la historia. Hablamos, efectivamente, del 1.9 TDI. Inició su andadura en el Audi 80 con una potencia de 90CV y 182Nm de par, pero en 1995 llegó la más interesante variante de 110CV, que conseguía 20CV extra gracias a un turbo de geometría variable.

Si hablamos de los motores V6 TDI, estos datan de 1997, cuando llegaron al mercado en los A4, A6 y A8, con potencias de 150CV y 310Nm, si bien el Audi A8 equipaba la variante más potente, con 180CV. La cilindrada de este bloque era de 2.5 litros y su sustituto fue el famoso 3.0 TDI del año 2004, con potencias de entre 204 y 233CV. Este 3.0 fue mejorado posteriormente y ahora en su versión biturbo entrega hasta 313CV y tiene versiones clean diesel con menos emisiones contaminantes y que cumplen la normativa Euro 6.

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Si aumentamos el número de cilindros encontramos los V8 TDI y V12 TDI. El primero data de 1999 y con 3.3 litros, 225CV de potencia y 480Nm de par motor era el diésel más potente de la gama del Audi A8, capaz de alcanzar los 242 km/h. Este V8 utilizaba inyección por conducto común y no bomba-inyector. El V12 TDI ha sido y es el máximo exponente de esta tecnología. Como muestra de las capacidades de la marca, se montó en el Audi Q7 y sus 6.0 litros rendía 500CV de potencia y 1.000 descomunales Nm de par. Un mastodonte como el Q7 hacía el 0-100 en 5,5 segundos con este motor.
Y para terminar nos relajamos y nos volvemos eficientes con el 1.2 TDI, un motor estrenado en 2001 y conocido por todos por ser el corazón del Volkswagen Lupo 3L, aunque Audi lo utilizó en el poco exitoso A2, logrando también un consumo medio de 3.0 litros. Era un tricilíndrico de 61CV y 140Nm cuya única virtud era su poca sed de gasoil.

Fuente – Audi


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