Mercedes 300 SD W116, el primer turbodiésel de la historia

Hoy día un motor turbodiésel nos parece lo más normal. Y realmente lo es y si se lo debemos a alguien, como ahora veremos, es a Mercedes. En la actualidad no se comercializa, al menos en Europa, ningún turismo con motor diésel que no recurra a la sobrealimentación. El último coche en ofrecer una mecánica diésel atmosférica fue el Volkswagen Golf 2.0 SDI de quinta generación.

Hoy día todos los coches recurren al sistema de inyección common-rail inventado por Fiat y perfeccionado por Bosch, un sistema que estrenó el Alfa Romeo 156 JTD en 1996. Incluso Volkswagen desestimó hace pocos años los motores bomba-inyector. Con los motores common-rail más modernos convivieron mecánicas de gasoil de inyección mecánica, atmosféricas y turboalimentadas, que destacaban sobre todo por fiabilidad y por ser bastante más ruidosas.

Pero al contrario de lo que podamos pensar, las mecánicas diésel sobrealimentadas son bastante nuevas y supusieron toda una revolución en un mercado que solo miraba al diésel por los consumos y la fiabilidad si iba a andar mucho, porque seamos sinceros,  los motores atmosféricos de inyección mecánica en nada se parecen a los motores diésel de hoy e día.

El turbocompresor fue patentado por Alfred Büchi en 1905, pero fue, como no, Mercedes, quien se atrevió a implantarlo por primera vez en un vehículo de producción en serie. Lo hizo en 1978 con el Mercedes W116, la actual Clase, siempre innovadora, en la versión 300SD.

Un diésel para Norteamérica

Lo más curioso es que el primer motor turbodiésel de la historia se comercializó en un principio solo en Estados Unidos y Canadá. Lo cierto es que el Mercedes 300 SD W116 tuvo un buen éxito comercial en los dos años que estuvo a la venta, justo cuando empezaban a popularizarse los diésel e incluso fabricantes como Oldsmobile apostaban por esta tecnología. Se vendieron más de 28.000 unidades. Son pocas comparadas con las motorizaciones de gasolina, pero estas tenían más variedad y se ofrecieron durante más años.

El motor empleado por estos Mercedes 300 SD W116 era de la familia OM617 (OM617.950 concretamente), probablemente uno de los motores más fiables jamás fabricados, lo que junto a las prestaciones proporcionadas por el turbo le hicieron brillar en Estados Unidos a la vez que hicieron crecer la reputación de una marca como Mercedes.

Este motor entregaba 110CV y 228Nm de par en su fase inicial, una notable mejoría frente a los 80CV del mismo bloque atmosférico que se vendía en Europa. La clave era su consumo, más reducido que el de cualquier mecánica de gasolina y un par motor mayor que los motores de seis cilindros. El peaje a pagar era una aceleración pobre, pero mucho mejor que la de los atmosféricos.

Ficha técnica Mercedes 300 SD W116:

• Disposición de cilindros: Cinco en línea
• Diámetro x carrera: 90.9 mm x 92.4 mm
• Cilindrada: 3.005cc
• Potencia: 110CV y 228Nm ( hasta 1979) / 120CV y 230Nm (1980)
• Relación de Compresión: 21.5:1
• Alimentación. Inyección mecánica Bosch
• Sobrealimentación: Turbocompresor Garrett
• Cambio: Automático cuatro velocidades
• Peso: 1815 kilos
• Aceleración 0-100: 17 segundos
• Velocidad máxima: 165km/h
• Consumo: 10,6 litros a los 100

Mercedes siguió con los Turbodiésel

Después de los W116, hubo otros modelos de la marca de la estrella que siguieron ofreciendo estas mecánicas sobrealimentadas en Norteamérica. Fueron los también duraderos W123, en versión Coupé 300 CD , sedán 300 D y familiar 300 TD. Estos modelos ya entregaban 125CV y 245Nm de par, lo que representa una mejora sobre los W116. Solo los 300 TD fueron ofrecidos en Europa, donde también resultaron revolucionarios.

Como aclaración, indicar que TD no significa Turbo Diésel. La T identifica a los modelos familiares (Turismo y Transporte) mientras la D si hace referencia a las mecánicas Diésel, aunque hay versiones TD atmosféricas.

Motor derivado de un prototipo de carreras

El motor OM617 empleado en los W116 diésel era un derivado de los prototipos de carreras experimentales C111. Tras descartar los motores rotativos Wankel con inyección de combustible, Mercedes apostó por los diésel. El C111-IID consiguió extraer 190CV mientras que la evolución C111-III llegó a los 230CV y alcanzó más de 320 km/h de velocidad máxima. Son cifras impresionantes. Estamos hablando de los años 70.

Más información: Oldsmobile: Motores diésel tan grandes como poco fiables