¿Qué puede llevar a un conductor a superar un límite de velocidad? Esa es la pregunta que nos hemos hecho al ver el estudio de la Fundación Línea Directa. Pocos instantes hemos tardado en pensar en varias razones. Dicho estudio afirma que el 43 % de los conductores dicen superar habitualmente los límites de velocidad de las vías.
Sí, la velocidad sigue siendo un problema de gran importancia par la seguridad vial. Según parece, en la última década se han producido más de 100.000 siniestros, con 150.000 heridos y fallecidos, en accidentes en los que el exceso de velocidad ha estado involucrado. De hecho, 1 de cada 4 fallecidos en carretera murieron por exceso de velocidad. Aunque tal vez habría que investigar más cada accidente, ¿no crees?
Tal vez existan varios motivos por los que se ha producido un accidente en determinados casos. Porque si a 130 km/h en una autovía encuentras un obstáculo repentino, das un volantazo y pierdes el control, ¿es porque ibas demasiado rápido?
Pero volviendo a la pregunta del inicio, sobre qué nos hace rebasar los límites de velocidad, hemos pensado en varias respuestas.
Circulamos a 120 km/h, como hacían nuestros padres y abuelos en los años 70 con su Seat 600
En primer lugar, creemos que en determinadas autovías y autopistas los 120 km/h nos parece una velocidad muy baja para los vehículos actuales. Cada vez tenemos coches más seguros, con componentes como neumáticos, frenos o los tan conocidos sistemas de seguridad activa que ni tan siquiera existían cuando se estableció este límite de velocidad genérico para vías rápidas.
Y es que, recordamos, llevamos con un límite de 120 km/h para autopistas desde finales de los años 70, cuando buena parte de la población española aún se desplazaba con los Seat 600, Renault 4, Citroën 2CV o Seat 124. Vehículos que llegaban a esa velocidad con muchas dificultades.
Ah, por cierto, el estudio también comenta que “el 70% de conductores no cree que la finalidad de las multas sea exclusivamente la seguridad vial, mientras que 1,7 millones está a favor de despenalizar los límites de velocidad. Además, el 36% respalda la idea de situar los radares exclusivamente en los Tramos de Concentración de Accidentes (TCA) o en puntos peligrosos”.
Tenemos carreteras muy buenas y carreteras muy malas
Hacemos un inciso para hablar sobre el estado de nuestras carreteras. En España parece que no tenemos término medio en este sentido, pues hay vías en muy buen estado y otras por las que prácticamente da miedo conducir. Hace apenas unos días conduje por Alemania (en los alrededores de Frankfurt) que se supone que es el país con mejores carreteras de Europa.
Nada más lejos de la realidad, pues te das cuenta de detalles como arcenes estrechos, bordillos peligrosos o medianas que no dan buena impresión entre otras cosas. Y sí, hablo de autopistas alemanas. Los tramos sin límite de velocidad de Alemania tienen mejores soluciones, pero tampoco penséis que tenemos algo que envidiarles.
No creo que la solución sea eliminar los límites de velocidad en España, pues no hay un nivel de conducción elevado, nuestros coches no están todo lo bien mantenidos que deberían y la conciencia de los conductores no es la misma; ¿pero de verdad los 120 km/h son justos para circular por algunas autopistas españolas cuando no hay apenas tráfico? Opino que no.
A 30 km/h en ciudad, no es sencillo
Por otro lado, y aunque es totalmente entendible que en vías urbanas hay que extremar mucho las precauciones, los nuevos límites de 30 km/h resultan difíciles de cumplir en según qué condiciones. Cualquier coche cotidiano a punta de gas y en segunda marcha ya circula a esa velocidad. Consideramos que simplemente hay que aplicar la lógica y circular a una velocidad prudente.
Adelantar con seguridad es ilegal
Tampoco nos parece sensato ni seguro la nueva normativa que nos impide superar el límite de 90 km/h para realizar adelantamientos en carreteras de doble sentido. Imagina que vas detrás de un camión que circula a 85 km/h. Llevas un coche normal y quieres adelantarlo. Ahora no puedes (o debes) pasar de 90, por lo que la maniobra se eterniza.
Hablo a título personal: Yo no me juego la vida; cuando veo que puedo hacerlo con seguridad, revoluciono el motor y acelero a fondo sin fijarme en si termino el adelantamiento a 100 o a 120 km/h. Una vez finalizo el adelantamiento vuelvo a un ritmo normal. Y sí, hacer eso es ilegal, pues estoy cometiendo un exceso de velocidad.
Mi seguridad, palabra que tanto abanderan algunos desde sus “tronos”, es lo primero. La otra opción es simplemente no adelantar, algo que claramente es el objetivo de quienes han puesto estas normas para intentar rebajar ciertos datos.
La Organización de Naciones Unidas quiere rebajar en 20 km/h los límites
Por otro lado, no hay que olvidar que la ONU está recomendando a los gobiernos reducir los límites de velocidad en 20 km/h en vías interurbanas. Según el cálculo de la Fundación Línea Directa y el Instituto de Tráfico y Seguridad Vial, se podrían salvar 650 vidas al año en España. Es decir, prácticamente morirían un 35 % menos de personas por accidentes de tráfico, pues según la DGT en 2019 hubo 1.755 víctimas mortales.
¿Te imaginas hacer un viaje de vacaciones o por cualquier otro motivo de Madrid a Cádiz a una velocidad máxima de 100 km/h? Si ya es complicado, y en ciertos momentos desesperante a 120 km/h, no quiero ni siquiera pensar en hacerlo sin rebasar los 100 kilómetros por hora. Tampoco quiero pensar en circular a 70 km/h de máximo por carreteras convencionales.
Por supuesto, si se aprobara esta rocambolesca idea, los excesos de velocidad subirían, así como las cifras de accidentes por superar la velocidad límite. La culpa una vez más iría hacia el conductor y no habría más investigación de accidentes; simplemente, conducía demasiado deprisa.
Fuente – Fundación Línea Directa