Los medios de comunicación del motor estamos acostumbrados a conducir coches de todo tipo. Desde modelos de bajo coste orientados a la vida urbana hasta lujosas y grandes berlinas, pasando por superdeportivos de ensueño (como este Audi R8 V10 Plus de 610 CV), sin olvidarnos de los coches de moda, los SUV. Como os podréis imaginar, las diferencias entre un coche asequible y un modelo que cuesta varias decenas de miles de euros se aprecian simplemente con sentarnos en unos y otros.
Hace unos días fuimos citados en Pamplona para probar la gama S de Audi, el paso intermedio entre sus productos más habituales y los más extremos. En el aeropuerto de la ciudad navarra nos esperaban varias unidades de esta gama S. Audi TTS y TTS Roadster, S1 Sportback, S3 Sportback y S3 Cabrio, S4 y S4 Avant, S5 Coupé, S5 Cabrio y S5 Sportback, S6 Avant, S7 Sportback, SQ5 e incluso SQ7. Desde allí nos dirigiríamos al Circuito de Navarra, Los Arcos, para sacar el máximo potencial.
En una jornada intensa, además de divertida, pudimos conducir en varios turnos la mayoría de productos de esta gama S de Audi. ¿El resultado? Mucha adrenalina quemada y la sensación de que, aunque no son los coches más dinámicos de la marca (por encima quedan los RS y el Audi R8), no es sencillo sacar su máximo rendimiento ni en una pista tan espectacular y exigente como la Los Arcos. Pero antes de meternos a fondo con la experiencia vivida repasaremos brevemente los orígenes de la gama S de Audi.
Los orígenes de la gama Audi S
Corría el año 1985 cuando un tal Walter Röhrl y su copiloto Christian Geistdörfer obtenían la victoria en el Rally de San Remo. Lo hacían a los mandos del Audi Sport quattro S1, uno de los coches más laureados y queridos por los apasionados del automovilismo mundial. También en 1985 el Audi S1, con una conveniente evolución, establecía un nuevo récord en la mítica subida a Pikes Peak.
En 1990 la firma alemana pensó que era el momento de utilizar en sus coches de calle toda esa deportividad y experiencia conseguida en el mundo de la competición. De este modo aparecía, por vez primera, el Audi S2 Coupé, montando el famoso motor turbo de cinco cilindros que rendía la friolera de 220 CV. En el año 1992 llegaría el Audi S2 Avant, que hoy se cotiza a precios estratosféricos, y un año más tarde el S2 en carrocería berlina. Entre todas las carrocerías del Audi S2 se produjeron casi 10.000 unidades.
Ese fue el origen pero más tarde, en 1997, la marca de los cuatro aros ponía a disposición del público el primer Audi S4, que dejaba de lado el cinco cilindros para equipar un V6 biturbo. En 2003 darían un nuevo cambio mecánico en sus modelos S, pues aparecía el V8 de 4,2 litros y la caja de cambios Tiptronic. Audi decidió probar suerte con el diésel y con los SUV en la familia de modelos S, lanzando el Audi SQ5 TDI.
Hoy en día la oferta de modelos S abarca prácticamente todos sus productos, pues pocos son los modelos de la compañía que no cuentan con su correspondiente versión S. Parece que un Audi SQ2 no tardará demasiado en incorporarse a la firma de los cuatro aros y, aunque Audi no lo ha confirmado, ya ha sido cazada más de una mula de pruebas realizando sus test pertinentes.
A fondo en el Circuito de Navarra con toda la gama S de Audi
El Circuito de Navarra, Los Arcos, es uno de esos trazados donde mejor puedes comprobar las cualidades y defectos de un modelo deportivo. Es un trazado en el que tenemos tanto virajes muy rápidos, como zonas más lentas de curvas enlazadas, unas intensas frenadas en las que prácticamente hay que parar el coche, otras frenadas igualmente muy fuertes pero con el aliciente de realizarse en apoyo y dos rectas donde exprimir los motores.
Jordi Gené, director de la escuela de conducción Audi y piloto con un gran palmarés a sus espaldas, nos contaba a nivel particular que éste era uno de los circuitos que más hacía sufrir a los frenos y sistemas de refrigeración de los coches, incluso para vehículos de competición. Tras la recta de meta nos encontramos con tres curvas a derechas, a cada cual más lenta, por lo que estamos varios segundos con el pie en el pedal de freno y modulando la frenada. Esto eleva, y mucho, la temperatura de todo el sistema de frenos. Además, tras la segunda recta entramos en un sector muy revirado en el que no cogemos velocidad, por lo que la refrigeración se complica.
Como decíamos, afecta tanto a los motores como a los frenos. Damos fe de ello, pues las temperaturas de unos 35 grados en pista sumados a la gran exigencia y prestaciones que demandábamos a los Audi S hicieron que los sistemas de refrigeración no siempre dieran abasto. No nos quejamos por ello, pues aunque son coches deportivos, su objetivo no es la máxima radicalidad, para eso quedan los RS (que son desarrollados por Audi Sport, la filial deportiva de Audi).
Todos los modelos S de Audi tienen ciertas cosas en común, siendo dos las más importantes a nuestro juicio: todos tienen motores con sobrealimentación y recurren al sistema de tracción quattro. Con motores de 4, 6 y 8 cilindros turboalimentados, al conducir unos y otros veíamos que, aunque sus prestaciones son muy elevadas, también se pueden utilizar en el día a día. La respuesta del motor a bajas vueltas es más que buena, por lo que no es necesario llevarlo alto de vueltas en condiciones normales. Si queremos “guerra” solo tenemos que pisar el pedal derecho a fondo.
Por su parte, la tracción quattro nos permite acelerar muy pronto a la salida de las curvas. Dependiendo de las circunstancias, del tipo de conducción y del modelo, el control electrónico permitirá enviar más par motor a un eje o a otro. El lado negativo es que el peso del coche aumenta y las inercias se elevan. Es por ello que, para realizar una conducción muy rápida y efectiva, sea conveniente retrasar un poco la entrada en curva para posteriormente tirarnos al vértice de la misma y acelerar prácticamente a fondo con el coche aún apoyado.
Los Audi S son modelos que “van sobre raíles”, pero al perder adherencia (hay que ir bastante pasados para que esto ocurra) suelen deslizar del eje delantero. ¿Es posible descolocarlos de atrás? Sí, pero hay que jugar bastante con las inercias balanceándolo y aprovechar todo el potencial del motor. Aunque pueda ser divertido, no es una práctica segura ni efectiva; así que mejor solo probarlo en circuito cerrado.
De ruta en carretera abierta con los Audi S
Para el segundo día de este evento con los Audi S la marca había organizado una ruta por carretera abierta por los alrededores de Pamplona. Prácticamente todo el recorrido se realizaba por carreteras de montaña, algunas más rápidas y anchas y otras bastante más lentas y reviradas. Igualmente pudimos cambiar de vehículos para comprobar la eficacia. Nosotros preferimos realizar la mayor parte del trayecto con el Audi S5 Cabrio, (aquí tienes el enlace a la prueba), pero también alternamos con algunos otros productos S.
Una de las mayores ventajas que presentan los modelos de la gama S de Audi es que, aun teniendo unas altas dosis de deportividad, mantienen la elegancia habitual de los modelos convencionales y siguen resultando totalmente prácticos en el día a día. Vale que cuestan aproximadamente un 30 % más que las versiones más equipada sin llegar a la gama S, pero las sutiles mejoras estéticas y el placer de contar con un arsenal de potencia bajo el pie derecho hacen que la inversión merezca la pena.
No lo decimos por casualidad, sino porque es la sensación que nos ha dejado la ruta por carreteras de segundo orden. El Audi drive select permite modificar el comportamiento del coche. Podemos ir en modo confort y viajar con total comodidad o activar el dynamic y buscar sensaciones. No obstante, a nuestro juicio, para conducir de forma normal por vías públicas el mejor es el modo auto. Él solo se encargará de variar el comportamiento del coche. Si nuestros giros con el volante y presiones sobre el gas son suaves, el coche se comportará de forma relajada; si conducimos de forma más agresiva el coche se adaptará con una configuración más deportiva.
Esto nos permite circular de forma normal con la familia y no sufrir las incomodidades de un deportivo puro. La suspensión filtrará bien, la dirección no será pesada y el cambio (si es automático) buscará el ahorro de combustible. Todo ello con los niveles de confort e insonorización habituales en la marca alemana. Si en un momento dado necesitamos realizar un adelantamiento, basta con poner el intermitente y hundir el pedal derecho para salir catapultados.
Información sobre todos los Audi S
Modelo | Motor | Potencia y par motor | 0 a 100 km/h | Precio |
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Modelo | Motor | Potencia y par motor | 0 a 100 km/h | Precio |
Audi TTS Coupé | 2.0 TFSI | 310 CV y 380 Nm | 4.6 segundos | 60.850 € |
Audi TTS Roadster | 2.0 TFSI | 310 CV y 380 Nm | 4.6 segundos | 63.890 € |
Audi S1 | 2.0 TFSI | 231 CV y 370 Nm | 5.8 segundos | 35.990 € |
Audi S1 Spotback | 2.0 TFSI | 231 CV y 370 Nm | 5.9 segundos | 36.720 € |
Audi S3 | 2.0 TFSI | 310 CV y 400 Nm | 4.5 segundos | 49.200 € |
Audi S3 Sporback | 2.0 TFSI | 310 CV y 400 Nm | 4.6 segundos | 51.080 € |
Audi S3 Cabrio | 2.0 TFSI | 310 CV y 400 Nm | 5.1 segundos | 59.000 € |
Audi S3 Sedan | 2.0 TFSI | 310 CV y 400 Nm | 4.6 segundos | 51.810 € |
Audi S4 | V6 3.0 TFSI | 354 CV y 500 Nm | 4.7 segundos | 73.590 € |
Audi S4 Avant | V6 3.0 TFSI | 354 CV y 500 Nm | 4.9 segundos | 75.680 € |
Audi S5 Coupé | V6 3.0 TFSI | 354 CV y 500 Nm | 4.7 segundos | 78.060 € |
Audi S5 Sportback | V6 3.0 TFSI | 354 CV y 500 Nm | 4.7 segundos | 78.060 € |
Audi S5 Cabrio | V6 3.0 TFSI | 354 CV y 500 Nm | 5.1 segundos | 87.060 € |
Audi S6 | V8 4.0 TFSI | 450 CV y 550 Nm | 4.4 segundos | 95.030 € |
Audi S6 Avant | V8 4.0 TFSI | 450 CV y 550 Nm | 4.6 segundos | 97.880 € |
Audi S7 Sportback | V8 4.0 TFSI | 450 CV y 550 Nm | 4.6 segundos | 103.200 € |
Audi S8 | V8 4.0 TFSI biturbo | 520 CV y 650 Nm | 4.1 segundos | 136.460 € |
Audi S8 Plus | V8 4.0 TFSI biturbo | 605 CV y 750 Nm | 3.8 segundos | 162.660 € |
Audi SQ5 | V6 3.0 TFSI | 354 CV y 500 Nm | 5.4 segundos | 80.110 € |
Audi SQ7 | V8 4.0 TDI | 435 CV y 900 Nm | 4.8 segundos | 113.130 € |