El volante motor, también llamado volante de inercia, es una pieza que se encuentra situada en el extremo del cigüeñal. Tiene varios cometidos, el primero es que sus cambios de velocidad de giro sean progresivos. De no ser así, el motor podría dañarse por la brusquedad con la que cambiaría de revoluciones por minuto (rpm).
Además de cumplir con esta función, el volante es la parte del motor que transfiere el giro a la transmisión del coche. El embrague se acopla y desacopla a él, para iniciar la marcha y para permitir unas transiciones suaves en la caja de cambios. Por eso, a la hora de sustituir el embrague de nuestro coche, es muy importante revisar también el estado del volante motor y sustituirlo si es necesario.
La tercera función del volante motor también tiene que ver con la velocidad de giro del cigüeñal. Debido al funcionamiento del motor, hay momentos en los que se aplica un impulso para acelerarlo, mientras que en otros tiende a pararse. Con la ayuda del volante motor, el giro del cigüeñal se vuelve más constante en cada revolución, ya que la energía que recibe en cada momento de aceleración, es devuelta en los periodos de deceleración por la inercia.
Cómo es el volante motor
El volante motor es un disco de metal en cuyo contorno se sitúa una corona dentada. Esta corona se utiliza para poner en marcha el motor gracias al motor de arranque. También sirve para controlar las revoluciones de giro del motor, r.p.m., mediante el sensor correspondiente. En la parte exterior del volante motor también podemos encontrar información útil sobre las marcas del p.m.s. (punto muerto superior) y el avance del encendido.
Hoy en día, es más fácil encontrarnos con los volantes bimasa. Estos volantes se componen de dos platos y, en medio de ellos, se sitúan muelles helicoidales y un rodamiento de bolas. Además, con este tipo de volantes conseguimos un desembrague más progresivo, así como una reducción del ruido y de las vibraciones.
Síntomas de volante motor averiado
Los volantes sencillos o monomasa no se suelen averiar. Son unas piezas monolíticas tan simples que no es fácil que dejes de funcionar correctamente. Como mucho habrá que rectificarlos. Una operación que te describimos más abajo. Sin embargo, estos volantes motor ya no se fabrican, porque han dejado paso al uso del volante bimasa de forma generalizada. Unos elementos con los que se consigue mucho más refinamiento de marcha, pero que son mucho más delicados.
Los principales síntomas de que un volante bimasa se ha estropeado son:
- Cuando tengamos el coche al ralentí, las vibraciones serán más notables de lo normal e irán disminuyendo en intensidad cuando aceleremos el motor.
- Al parar el motor se escucha el sonido “clac-clac-clac”, que revela que los volantes se mueven entre sí sin una correcta amortiguación de los muelles que tienen entre ellos. Es mejor intentar oírlo desde fuera, acercándote al morro.
- Al pisar el embrague con el coche encendido sonará un ruido de carraca metálica. También es mejor tratar de detectarlo desde fuera.
Si quieres profundizar más sobre el tema visita el artículo Avería en el volante bimasa, ¿cuáles son los síntomas? En él tratamos el tema con más profundidad para que puedas diagnosticarlo tú mismo.
¿Es necesario cambiar el volante motor junto con el embrague?
El cambio de estos dos componentes al mismo tiempo es una práctica muy habitual. La justificación que suelen dar en el taller es que es más barato hacer las dos cosas a la vez por la mano de obra necesaria. Para cambiar un embrague hay que desmontar varias partes del coche, lo que engrosa la factura los el número de horas de trabajo de un profesional. Si hay que repetir la operación en dos momentos diferentes, una para el embrague y otra para el volante, el precio será mucho mayor.
Además, la vida útil de un volante bimasa no es muy diferente de la del propio embrague. Característica que refuerza la decisión de cambiar ambos componentes a la vez. La única situación en la que podría ser recomendable cambiar una de las piezas por sí sola es que haya habido algún problema especial que haya dejado una de ellas intacta. Por ejemplo, una piezas defectuosa o un embrague quemado que no haya llegado a deteriorar el volante.
Cuánto cuesta un volante motor
El precio de un volante motor depende mucho del modelo para el que esté diseñado. Por sí solo puede costar entre 150 y 400 euros. Una cifra que se dobla si se compra un kit de embrague más volante. Montar este elemento en el motor requiere conocimientos profundos de mecánica: hay que desmontar muchas piezas, saber cuál es el par de apriete correcto para los tornillos del volante motor, etc. Así que es mejor que lleves el coche a un taller para que te lo coloquen. El precio de la mano de obra es lo que más puede engrosar la factura, ya que requiere muchas horas de trabajo. Una cifra normal para esta operación está entre los 600 y los 900 euros según la marca.
Rectificar volante motor
Esta operación es la que se realiza cuando el volante motor de un coche está en condiciones de seguir funcionando, pero la superficie de fricción con el embrague está estropeada. Es un proceso normal en los volantes monomasa y algo más raro en los volante bimasa. Ya que, llegados a este punto en el que se ha deformado la superficie no es tan fácil que el resto del volante bimasa siga en buen estado.
El precio de esta operación suele estar entre los 40 y 80 euros. Aunque solo es recomendable si se está seguro de que el volante sigue en buenas condiciones excepto por las irregularidades de su superficie.
Aligerar volante motor
El material con el que está fabricado de forma habitual es de fundición. El montaje del volante motor sobre el cigüeñal se realiza en una única posición posible. Con esto, lo que conseguimos es equilibrar perfectamente el movimiento del motor. Cuantos más cilindros tenga el motor del coche, el giro de este será más regular, por lo que la masa necesaria del volante motor será menor.
Pero eso no es todo ya que, según las características del motor, será necesario montar un tipo de volante motor u otro. Hay que tener en cuenta el arranque del motor, el ralentí o las aceleraciones, entre otros factores.
Si queremos conseguir un arranque del motor más sencillo o queremos mantener un correcto ralentí, el volante motor debe tener una masa mayor, mediante el cual conseguimos acumular una gran cantidad de energía en la primera fase, que será devuelta en las sucesivas. Si el motor está diseñado para tener una aceleración rápida, el volante motor que equipe el vehículo debe tener una masa menor, ya que facilita la aceleración.
De ahí que existan modificaciones de los motores en las que se aligera el volante motor para mejorar las prestaciones. Una operación que no hay que hacer de forma imprudente, ya que puede afectar a su ralentí y sus vibraciones con los consiguientes posibles problemas en el volante si es que es bimasa. Una conversión de este tipo suele ir acompañada de un ralentí más alto para compensar la inestabilidad de las rpm y de un volante bimasa capaz de soportar las mayores vibraciones.
Yo tengo una volqueta fvz que vino con caja fuller y le puse el volante del embrague de un chevrolet fvr esto le afecta al vehiculo porque no tiene fuerza mi volqueta sera q tiene algo q ver el volante del embrague
cuando se prueba un motor de competición en un banco de ensayos, es necesario sacar el volante de inercia?. Muchas gracias