Según datos de la DGT, durante 2017 se produjeron en España 102.233 accidentes de tráfico con víctimas, en los que perdieron la vida 1.830 personas y más de 100 mil resultaron heridas. El dato alarmante es que el 42,1% de los conductores fallecidos durante el curso pasado en nuestro país dio positivo en alcohol, drogas y/o psicofármacos, por lo que 4 de cada 10 conductores fallecidos presentó alcoholemia positiva y/o consumo de drogas ilegales.
Así pues, a efectos físicos de seguridad, el uso del test de alcoholemia mediante instrumental especializado como el etilómetro o el alcoholímetro es más que necesario para prevenir y, por ende, reducir el número de víctimas mortales en nuestro país. Pero, ¿realmente conocemos las diferencias entre estos dos dispositivos?
Antes de ver y analizar al detalle el alcoholímetro y el etilómetro, recordemos unos aspectos clave directamente relacionados con los dispositivos:
La tasa máxima de alcoholemia permitida en aire espirado en España se aplica a conductores en general y ciclistas con un 0’25 mg/l en aire espirado (0.5 g/l de alcohol en sangre) y para conductores profesionales y noveles: 0’15 mg/l en aire espirado (0.3 g/l de alcohol en sangre).
Tras un test de alcoholemia, el conductor tiene unos derechos: poder solicitar la prueba dos veces con un intermedio de tiempo de al menos 10 minutos, y si no estuviese de acuerdo con los resultados obtenidos podrá solicitar un análisis de sangre, que en el caso de que dé positivo, deberá acarrear con los gastos de la prueba.
Si se supera la tasa de alcoholemia, según la gravedad de la infracción y de las cantidad de ingesta de alcohol del sujeto, éste puede ser sancionado con una infracción administrativa o tratarse como un delito penal.
El etilómetro y el alcoholímetro, hermanos pero no gemelos
Ambos instrumentos están destinados a medir el nivel o concentración de alcohol en el aire espirado mediante una boquilla desechable. Estos niveles vendrán determinados por la cantidad de alcohol que haya tomado el sujeto en cuestión, ya sea en disolución fluida, líquida o gas. La clave que comparten estos dispositivos es su casi inexistente margen de error.
Pese a que prácticamente son sinónimos, encontramos algunas diferencias entre uno y otro. Veamos las diferencias. En primer lugar, el alcoholímetro es aquel instrumento utilizado por los agentes de tráfico en los test de alcoholemia, es decir el dispositivo que soplamos se desde nuestro vehículo y sin salir del mismo. Es pequeño y portátil, con una pantalla digital y retroiluminada. Éste, mediante un sensor de gas, mide el tanto por ciento de alcohol en sangre que lleva el sujeto que lo sopla.
Tipos de alcoholímetros
Existen varios tipos de alcoholímetros: de vending, personales (suelen ser usados por personas que quieren conocer su tasa de alcoholemia para determinar si deben conducir o no) o profesionales (suelen usarse en centros de desintoxicación, ámbito policial, empresas, etc.)
El etilómetro va un paso más allá del alcoholímetro. Una vez realizada la primera prueba de alcoholemia por el agente de tráfico, para poder proceder a realizar la pertinente denuncia en caso de haber dado positivo, es necesario realizar una segunda prueba. Aquí entra en juego el etilómetro, un alcoholímetro de mayor precisión.
Un etilómetro es una especie de maletín fijo de mediano tamaño que encontraremos en las furgonetas de atestados presentes en los controles de alcoholemia, donde realizaremos el segundo test de alcoholemia soplando a través de un tubo más grande que el del alcoholímetro. Este aparato determinará la tasa de alcohol en el aliento del conductor.
El etilómetro, además de realizar las funciones del alcoholímetro con una mayor precisión y un margen de error mínimo, incluye una pequeña impresora que sirve para proporcionar un ticket con una información (tasa de alcoholemia, los datos del conductor, hora y fecha) que se adjuntaría a la denuncia o al expediente judicial como prueba evidencial. Es decir, la importancia de esta impresión reside en que tiene validez documental ante un juez y que adjunta el agente a la denuncia o a la detención del conductor en caso de haber dado positivo en la prueba.
¿El alcoholímetro y el etilómetro pueden fallar?
Ambos instrumentos cuentan con muy poco margen de error. La precisión de los modelos utilizados por los agentes de tráfico es muy alta, sin embargo su alcance tiene tan solo un valor orientativo o indiciario.
En primer lugar, en cuanto al alcoholímetro, tiene un margen de error de un 7,5 %. Pongamos un ejemplo. Si al soplar, el instrumento marca 0,34 miligramos de alcohol por litro de aire (0,34 mg/l), la medida exacta estará situada entre 0,32 y 0,36, por lo que el margen de error mínimo. Esto nos permite un margen legal de apelación o repetir la prueba.
En cuanto al etilómetro, su precisión es mayor que la del alcoholímetro, de un 5 %. Éste es su error relativo. Si al soplar marca 0,24 mg/l, la medida oscilará entre 0,23 y 0,25. Aquí también tendremos un margen legal de apelación, pero será mucho menor.
En todo caso, en cuanto una persona sopla el alcoholímetro en un control policial y obtiene el valor numérico, el agente tendrá una evidencia científica inicial para saber si el conductor está o no en condiciones de manejar su vehículo.
¿Por qué en los controles nos someten antes al análisis de alcohol en el aliento y no de sangre?
El nivel de fiabilidad de ambos métodos de análisis son idénticos, sin embargo,existen varias ventajas del alcoholímetro o el etilómetro frente al análisis de sangre u orina:
- La prueba del alcoholímetro/etilómetro es más fácil, segura y rápida para obtener una muestra que una de sangre u orina.
- Los resultados se obtienen de forma inmediata, todo al contrario que lo que con los análisis de sangre u orina.
- La muestra no se puede alterar y es totalmente fiable.
- Una muestra de aliento es mucho más económica que cualquier otro método.
En todo caso, si queremos pasar por la prueba del análisis sanguíneo porque creemos que será más acertada que la del aliento, deberemos tener en cuenta los peligros que ésta comporta: casi al 100% confirmará lo que ya nos ha dicho el etilómetro y en caso de haber dado positivo, tendremos que pagar la prueba del análisis sanguíneo (además de la sanción correspondiente a dicha infracción).
¿Es legal el uso particular del alcoholímetro?
Sabemos que estos instrumentos nos los encontraremos si un agente de tráfico nos da el alto en un control de alcoholemia, pero, ¿podemos portar uno en nuestro vehículo para hacer uso de él a modo informativo? La respuesta es sí.
Siempre a modo preventivo e informativo, podremos portar y utilizar un alcoholímetro o etilómetro portátil con nosotros para comprobar nuestra tasa de alcohol en aire espirado después de unas cañas. Eso sí, siempre tendrán mayor validez los resultados del instrumental del agente que del nuestro, pues lejos de que los primeros prácticamente siempre serán más precisos, nunca podremos utilizar nuestro aparato como justificante o prueba en nuestra defensa.
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El alcoholímetro de Honda
Prototipo de dispositivo portátil de detección de alcohol para Smart Keys de vehículos de Honda
Honda avanza en materias de seguridad. La compañía japonesa, en colaboración de Hitachi, ha desarrollado un nuevo tipo de alcoholímetro portátil, resistente a manipulaciones y capaz de medir el nivel de alcohol del sujeto en 3 segundos.
¿Esto que supone?
Que si el conductor pretende conducir bajo los efectos del alcohol, el vehículo se lo impedirá bloqueando el arranque, pues el dispositivo irá vinculado a la llave inteligente del auto.
¿Cómo funciona?
El aparato es capaz de medir los niveles de alcohol en 3 segundos mediante el vapor de agua saturado a partir de la respiración y si éste detecta que el conductor está bajo la influencia de este tipo de sustancias, el vehículo se bloquea impidiendo el encendido y arranque del motor.
Sin duda alguna, este mecanismo de seguridad podría salvar millones de vidas al año, pero por ahora solo podemos hablar de un prototipo. Toda idea que pueda reducir los accidentes de tráfico vinculados al consumo de alcohol siempre es bienvenida.