Actualmente tenemos tanto vehículos de cero emisiones parciales, los híbridos, coches eléctricos, pila de hidrógeno, GNC y GLP… son bastantes las opciones que se han propuesto para caminar hacia un futuro libre de emisiones. Y ahí, una de las últimas y grandes propuestas se refieren a un tipo de combustible que podría ser la salvación de los coches de combustión.
Porque tiempo después de que Europa haya dado por ultimada la venta de coches de combustión a partir del próximo 2035, a 12 años vista, todo parece encaminarse a que solo se busca al coche eléctrico o, al menos, al electrificado. Sin embargo, ha surgido una alternativa que ya lleva con nosotros bastante tiempo, y que se antoja ahora como una opción para no terminar con los coches tradicionales de gasolina o diésel. Hablamos de los combustibles sintéticos, también conocidos como e-fuel.
El e-fuel o los combustibles sintéticos, la alternativa a los tradicionales térmicos
Con todo, la prohibición de vender coches de gasolina o diésel que llegó el marzo pasado arrastraba de una propuesta original de la Comisión Europea que, en cortas líneas, lo que pretende reducir en un 55% las emisiones de CO2 de aquí al año 2030, como dice su nombre Fit for 55.
Ya en otoño del pasado año se alcanzó un acuerdo en esta línea por parte de los negociadores del Consejo Europeo (los Estados miembros de la UE), la Eurocámara y la Comisión Europea. Ya firmemente adoptada, la condena no es otra que a los hipotéticos coches nuevos gasolina o diésel a su desaparición, así como los híbridos de cualquier tipo y, por ende, a los ya fabricados, vendidos y matriculados al progresivo corte de suministro de combustibles fósiles tradicionales. Pero también es verdad que todo esto podría cambiar con la denominada gasolina sintética.
Esta, como tal, no es otra cosa que un tipo de carburante del que está compuesto por hidrógeno y dióxido de carbono. Y no, aunque esté compuesto por hidrógeno no tienen nada que ver con los coches de tecnología de hidrógeno que ya se comercializan hoy.
En este caso, y denominados entonces como e-fuel o sintéticos, tienen su razón de peso porque el CO2 se captura directamente de la atmósfera limpiando el aire, al tiempo que la energía necesaria para el proceso de hidrólisis se realiza mediante fuentes de energía renovables.
Los coches de combustión tomarían una última oportunidad con esta tecnología
Dando como resultado unas emisiones mucho más bajas, esa combinación da como fin un hidrocarburo sintético, que puede convertirse en gasolina, gasóleo y otros productos, que podrían utilizarse tanto en los motores de explosión de automóviles actuales, como del futuro. Eso es justamente lo que ha visto Europa para, aunque prohíba para entonces los coches de combustión, dar una oportunidad a estos e-fuel.
Recordando siempre que Europa no pretende prohibir el uso de los coches de combustión sino su venta a partir del 2035 (al menos hasta 2050), han querido dejar este resquicio de propulsión con el fin de que garanticen emisiones neutras de carbono.
Ahí harían su aparición estos combustibles sintéticos, que se producen mediante un método que consume CO₂ de la atmósfera, una eliminación de ese gas de efecto invernadero que compensa por completo la emisión del motor al quemar ese carburante.
O lo que es lo mismo; los coches que lo utilicen sí contaminarán, aunque mucho menos que si quemaran un combustible procedente de hidrocarburos y generando menos cantidad de CO₂ de la que se necesitó para fabricar ese carburante.
Ante este escenario han sido varias las marcas que se han mostrado a favor, pues una buena parte la automoción actual no quiere desprenderse de los motores térmicos, pero hay otras como Volkswagen a las que esta idea no les gusta, matizando que «no tiene sentido invertir dinero para mejorar una tecnología inferior y más antigua. Los coches eléctricos a batería son el verdadero futuro».