Coches eléctricos: ¿Quién los necesita y quién puede comprarlos?

Seat Mii electric

Los coches eléctricos parecen ser el futuro del automóvil a medio y largo plazo; o eso quieren hacernos ver. Sin embargo, hay muchos detalles que nos chirrían un poco. ¿De verdad el coche eléctrico es apto para todo el mundo? ¿Por qué hay tanta prisa en electrificar el parque automovilístico? ¿Cuestión de ecología real para salvar el planeta o hay otros intereses?

No quiero entrar en detalles políticos, pero reconozco que me sorprende que muchos altos cargos hablen del coche eléctrico como si fuera el salvador de la sociedad y/o del propio sector del automóvil. Lo siento, pero no es una solución que se adapte a todos los ciudadanos; ni por utilización ni por precio. De hecho, se adapta a un porcentaje muy bajo.

Desde hace años se ha querido criminalizar a los automóviles. No sé el motivo o el interés, pero así ha sido. “Los coches son malos para las ciudades y para la naturaleza”, parece rezarse desde hace tiempo. Obviamente, todo vehículo contamina de una u otra forma, pero el empeño puesto en tachar a los coches ha sido brutal.

Además, si eres el propietario de un modelo diésel eres un auténtico insolidario, a no ser que lleve la Etiqueta Eco de la DGT por ser microhíbrido, aunque gaste 12 litros a los cien.

Motor tradicional = mal // Eléctrico = bien

En los últimos tiempos se habla de los motores tradicionales de combustión, tanto de los diésel como de los de gasolina, como mecánicas poco respetuosas con el medio ambiente. De hecho, llega a provocar un cierto sentir discriminatorio, y no precisamente positivo. Si hoy en día no te compras un vehículo eléctrico o híbrido parece que estás perjudicando al planeta de una manera grave. Por Dios…

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No es ni más ni menos que un “lavado de coco”. Hace diez o quince años nos vendían que el coche diésel era muy eficiente y recomendable para prácticamente cualquiera y que los motores de gasolina eran una tecnología anticuada. Tanto es así que incluso te comprabas un diésel aunque recorrieras menos de 10.000 kilómetros al año. No todo el mundo necesitaba un turismo diésel, pero te invitaban a comprarlo.

Resulta que ese mismo coche que nos recomendaban una década atrás ahora es terriblemente perjudicial para la salud. Lógicamente, comparado con los vehículos actuales no es lo más limpio. Pero ni ahora es tan sucio como dicen un diésel moderno, ni antes era tan limpio y eficaz como nos vendían. De hecho, las emisiones contaminantes de un turismo diésel actual son ínfimas.

Y ojo, que los motores de gasolina ahora están algo mejor vistos que tiempo atrás. Sobre todo después del escándalo del dieselgate y la criminalización de todo lo que huela a gasoil y tenga cuatro ruedas, no porque la gasolina haya hecho algo realmente eficaz para reducir su contaminación. La mayoría de modelos de gasolina modernos (con baja cilindrada) tienen bajas emisiones de CO2, pero sí otros gases tóxicos, los cuales actualmente se están corrigiendo con filtros de partículas específicos para estas mecánicas.

La “trampa” de las etiquetas de la DGT

Etiqueta Eco DGT

Cambiando de tercio, bajo mi punto de vista, el tema de las etiquetas de la DGT no está bien hecho y también es una forma de discriminación que, por desgracia, siempre afectará más al menos pudiente. No es una discriminación positiva, aunque esa era su intención en un primer momento. Y aquí puedo destacar dos puntos importantes en los extremos, en el que tiene etiqueta Cero emisiones y en que el, por desgracia para sus propietarios, no tiene derecho a distintivo.

Mi pregunta es, ¿alguien cree que la mayoría de propietarios de coches anteriores al año 2000 no querrían renovar su vehículo? Estoy seguro de que al menos el 90 % de los propietarios de un coche con 20 años (o más) a sus espaldas preferirían tener un coche nuevo. Precisamente, por norma general, quien tiene un coche tan viejo lo suele tener porque no puede permitirse comprar un coche nuevo.

Entonces, ¿de verdad es la clasificación por etiquetas una buena forma de intentar que nos compremos un coche más moderno y eficiente? El resultado es el de siempre: para quien puede permitírselo, sí; pero para el que anda muy justo económicamente es una forma de hundirle aún más. Pero esto no es lo peor.

A mi modo de ver la regulación de las etiquetas es de risa, especialmente cuando hablamos de las pegatinas Eco y Cero. Resulta que cualquier coche que tenga un mínimo de apoyo eléctrico (como los nuevos micro híbridos) ya se benefician de la pegatina Eco.

Esto significa, por poner un ejemplo, que puedes tener un Audi RS 6 Avant que, según el distintivo, es tan eficiente como un Toyota Corolla Hybrid. Obviamente, son coches con un precio muy diferente, un concepto muy dispar y un consumo y emisiones que poco tienen que ver. Y son solo dos ejemplos, pues hay muchos coches potentes y de muy elevado precio con pegatina Eco (incluso Cero).

Por suerte, parece que de cara a 2021 se van a tomar medidas importantes en este sentido, pues está claro que el sistema no funciona. En teoría, el sistema se va a revisar y podría ser que llegara al menos una etiqueta más (muy posiblemente una denominada “D”). No sabemos si los cambios -si es que llegan- afectarán al resto, ni cómo se va a afrontar. Para ello tendremos que esperar.

Actualmente un V8 de 600 CV y un pequeño híbrido pueden tener la misma etiqueta de la DGT

Audi RS 6 Avant etiqueta Eco

Recuerdo que el citado modelo de Audi es una berlina familiar deportiva con un motor gasolina V8 de 4.0 litros, que desarrolla 600 CV y 800 Nm de par. Pesa unos 2.300 kilos, supera los 250 km/h y hace el 0 a 100 en 3,6 segundos. Arranca en casi 140.000 euros sin extras. Una brutalidad y, por cierto, un coche que me encanta. Su consumo homologado es de 12,8 l/100 km y emite 292 gramos de CO2 por kilómetro.

Por su parte, el Toyota Corolla es un híbrido tradicional que parte desde los 20.000 euros. Se puede optar entre dos motores, siendo el más eficiente un 1.8 que en conjunto con el motor eléctrico desarrolla 122 CV. El consumo combinado es de 4,3 l/100 km y emite 97 g/km de CO2. Es decir, gasta y emite un tercio que el deportivo de Audi, siendo siete veces más barato. Creo que no tiene mucha lógica que lleven el mismo distintivo…

Pero es que con la Etiqueta Cero ocurre algo similar. Para obtener esta pegatina tenemos que tener un vehículo eléctrico o un híbrido enchufable con una autonomía eléctrica que supere los 50 kilómetros. Puedes tener un Seat Mii electric por algo menos de 18.000 euros que solo puede funcionar con batería eléctrica, o puedes comprarte un Porsche Cayenne Turbo S E-Hybrid (híbrido enchufable), de 180.000 euros y 680 CV que tal vez nunca recargues. Y sí, puedes entrar en Madrid Central y aparcar gratis…

Ni que decir tiene, que los grandes y potentes modelos, por mucho que sean híbridos enchufables, contaminan infinitamente más que cualquier compacto o berlina media con una motorización racional diésel o de gasolina. Sin embargo, el sistema actual, que desde el principio no ha estado bien hecho, no lo tiene en consideración.

No olvidemos que producir electricidad, en gran parte, también contamina. Y es que la electricidad no se genera solo mediante placas solares o molinos eólicos, como parece que mucha gente cree. En gran medida se quema carbón como combustible para fabricar esa electricidad.

Quien tiene mucho dinero, puede permitirse un avión como es el citado modelo de Porsche, pero quien tenga un presupuesto muy justo tal vez no tenga suficiente nivel económico como para adquirir uno de los eléctricos más baratos del mercado, que además es un coche muy pequeño y con muchas limitaciones. Lo siento, pero no creo que esto sea justo.

Espero que la nueva forma de evaluación para obtener una u otra etiqueta está bien estudiada. El sistema actual es muy injusto con los ciudadanos de a pie y también con aquellos conductores que por sus necesidades no les salga rentable adquirir un coche X porque no se adapte a sus verdaderas necesidades.

El coche eléctrico, con calzador

Echando un vistazo al sector y sabiendo mínimamente cómo funcionan algunas cosas, es fácil intuir que el coche eléctrico hay que meterlo a los clientes con calzador. Muy poca gente lo necesita, pero hay que hacer creer que sí. Sí, como empezaron a hacer con los coches diésel tiempo atrás. Por supuesto, no todo el mundo puede permitirse un coche eléctrico.

Nissan e-NV

Lo peor de todo es que las presiones no vienen por parte de las marcas de automóviles, sino de más arriba. Aquí, por parte de la Unión Europea. Son ellos quienes están obligando a las marcas a desarrollar, a producir y a vender coches electrificados, obligando a los fabricantes a reducir las emisiones de CO2 (un gas que, por cierto, no es contaminante) hasta números muy bajos.

No seré yo el que normalmente se ponga de lado de las grandes compañías, pero en este caso se ve que las presiones que están recibiendo por parte de la UE son enormes. Las sanciones van a ser drásticas y es más que probable que alguna marca desaparezca del mercado europeo por falta de rentabilidad.

Tanto es así que estas mismas marcas que han decido mantenerse en la batalla tienen que intentar convencernos de que los coches eléctricos e híbridos son una gran solución para prácticamente toda la sociedad. Lógicamente, si no lo logran, caerán en picado y tendrán pérdidas millonarias.

Hace unos días varios medios tuvimos una videoconferencia con una marca que va a crear una fuerte apuesta por los modelos eléctricos en los próximos años. Nos explicaban parte de su futura gama y detalles de la forma en que iban a llevar su estrategia comercial a corto plazo, así como las ventajas que iban a suponer para los clientes. Tenía una pregunta en mente desde hace tiempo y decidí lanzarla.

“¿Cómo es para una marca de coches invertir tanto dinero en desarrollar productos por obligación, ya que muy pocos clientes demandan estos modelos eléctricos pero os veis presionados (y prácticamente amenazados) por la Unión Europea?”

Tras respirar y tragar saliva, el director general de esta marca respondía reconociendo que efectivamente no es el producto que el público reclama y que son conscientes de las limitaciones que tiene el coche eléctrico. Que suponía un reto importante y que por ello el plan de la marca tenía en consideración muchos detalles para facilitar al usuario la experiencia de convivir con un modelo eléctrico o híbrido enchufable.

No tienen más remedio que intentar vender este tipo de vehículos y, bajo su punto de vista, antes o después todos acabaremos conduciendo estos coches eléctricos o electrificados. Y no porque los clientes estemos de acuerdo.

Estoy muy a favor de que las ciudades sean más limpias y sostenibles, como (supongo) la gran mayoría de la sociedad española. Dudar Pero llegar a “obligar” a comprar algo que prácticamente nadie quiere y que se adapta a muy poca gente no me parece demasiado moral y, por supuesto, políticamente incorrecto.

No todo el mundo puede, quiere y/o lo necesita

Tesla coche eléctrico

Hay gente, sobre todo altos cargos o personas adineradas, que lo ven bastante factible. La mayoría de la sociedad recorre pocos kilómetros al día y es posible que un coche eléctrico con apenas 200 km de autonomía sea suficiente para la rutina diaria. En eso estamos de acuerdo, pero en poco más.

No todos los españoles tenemos una casa individual para poder aparcar tranquilamente el coche y ponerlo a cargar por la noche. Claro, que mucha gente vive en pisos, ¿pero todo el mundo tiene una plaza de garaje en propiedad? Y sí, hay algunos cargadores en algunas calles de grandes ciudades, ¿pero cuántos hay y cuántos funcionan?

Por otro lado, tal vez no todo el mundo pueda permitirse la compra de un coche eléctrico. Ya no hablo de coches de alta gama o de cierto lujo. Más arriba había citado el Seat Mii electric, que cuesta 18.000 euros. Sí, 18.000 euros un coche urbano con 260 kilómetros de autonomía y 83 CV… Por ese mismo precio puedes comprarte un modelo compacto, que es mucho más práctico y, obviamente, más polivalente que un coche eléctrico de tan limitada autonomía.

Por poner otro ejemplo, podemos adquirir un eléctrico Peugeot e-208 Active (el más barato) desde 30.050 euros. Su homólogo de gasolina cuesta, el Peugeot 208 Active parte de los 15.000 euros. Sí, el doble. Si igualamos el motor de gasolina para que la potencia sea similar a la del eléctrico nos vamos a un 208 Allure de 130 CV por 21.500 euros. Es decir, el mismo coche con motor eléctrico es entre un 30 y un 50 % más caro. Y sí, estás pagando 30.000 euros por un eléctrico del segmento B.

Incertidumbre

Todo lo anteriormente descrito, conociendo a fondo o no el sector, lleva a los posibles clientes a la incertidumbre. ¿Me compró un coche nuevo o reparo y aguando mi viejo coche durante un tiempo más? Quien lo compra nuevo es porque realmente necesita un coche nuevo. La otra opción es comprar un vehículo de segunda mano.

Coches eléctricos baterías

Obviamente, y al menos hoy por hoy, muy pocas personas están dispuestas a invertir 30.000 euros en un coche con muchas limitaciones cuando por poco más de la mitad tienes el mismo vehículo sin complicarte la vida. Eso sí, no será tan ecológico (una palabra muy de moda, por cierto).

Y luego está el caso de los planes para la ayuda a la compra de coches eléctricos, como el famoso plan MOVES. Sí, tienes una ayuda pero no llega a compensar la brutal brecha económica entre un producto y otro y, a fin de cuentas, los problemas de autonomía y recarga son los mismos. Además de que luego la declaración de la renta suele darnos alguna que otra sorpresa…

Por no hablar de que, a fin de cuentas, esas subvenciones las pagamos todos los ciudadanos, por lo que no son una gran ventaja real.

En algún momento sí, pero actualmente es complicado

Tras todo lo anterior puede que pienses que odio los coches eléctricos. No, ni mucho menos es así. Creo que pueden ser una alternativa para muchas personas en un futuro, pero hoy por hoy no. Para gran parte de la sociedad es un problema recargarlo, para un buen número de ciudadanos tienen un precio muy elevado, otras personas considerarán que no cubre sus necesidades y, en muchos casos, se juntarán todos estos inconvenientes. Por suerte, actualmente hay una buena gama de coches con GLP y GNC, que son más limpios con el medio ambiente.

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El coche eléctrico debe madurar y las infraestructuras deben adaptarse y mejorar muchísimo.  No puede ser que prácticamente solo tengamos la posibilidad de cargar un coche eléctrico en nuestra casa, y tampoco acompaña que las autonomías de los modelos accesibles sean muy bajas. Seguro que con el paso del tiempo este tipo de coches EV pueden encajar en muchas más personas que en la actualidad. Y, ojo, veo fantástico que para aquellas personas a las que un modelo eléctrico se le adapte opten por adquirirlo.

Además, considero que debe haber una mejor regulación en todos los sentidos.

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  1.   Jorge Miro. dijo

    Según leí, entre el proceso de produccion y el tiempo de vida útil de un vehículo eléctrico se genera más contaminacion de lo que genera la producción y vida util un vehículo moderno (Mazda) a gasolina.