De entre todas los avisos que pueden salir en el cuadro de mandos, el testigo de fallo del motor o testigo del motor es el que más puede asustarnos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta luz amarilla o roja se puede encender por motivos de lo más variopintos. Son tantos los componentes en el motor, que para tener un aviso de cada uno de ellos necesitaríamos un cuadro de mandos tan complejo como el de un avión.
Todos los fabricantes dicen lo mismo si se enciende el testigo de fallo de motor: “Acude a un taller de la casa”. Allí tienen máquinas de diagnóstico que literalmente le preguntan a la centralita del coche cuál es el error concreto que ha detectado. Gracias a esto, los mecánicos saben qué tienen que hacer, sin tener que rebuscar entre todas las piezas del coche. ¿Por qué no nos da esa información el coche a nosotros?
Un testigo de fallo motor para decenas de averías
Efectivamente, con tanta informatización y tanta pantalla en los coches modernos, se tienen los medios para dar al propietario una información más precisa de qué falla en su coche. Pero, aunque a muchos aficionados del motor podría gustarnos esto, las marcas entienden que el usuario no es un mecánico especializado y no es necesario darle una información que podrían interpretar mal.
Como mucho, algunas marcas diferencian la gravedad de las averías con el color rojo o amarillo del testigo. Sin embargo, esto no está estandarizado y cada fabricante lo hace a su manera.
El coche es una máquina que con el paso de los años se ha vuelto cada vez más compleja y está llena de componentes interrelacionados que dependen unos de otros. En este artículo te vamos a dar las claves para saber qué hacer cuando se enciende el testigo del motor y, por qué no, unas nociones para que puedas saber si la avería es grave.
¿Qué hacer si se enciende la luz del motor amarilla?
Cuando se encienda la luz amarilla del motor en el cuadro de mandos de tu coche no te asustes, y mucho menos si estás circulando por carretera o autovía. Párate en un lugar seguro y echa mano del manual. Recuerda que si estás en una autovía, no debes pararte en ella ni en su arcén. No vaya a ser que tengas un accidente por pararte donde no debes, máxime cuando el testigo se ha podido encender por una avería menor. Coge la primera salida que haya y apártate del tráfico.
Debes mirar lo que pone en el manual, porque dependiendo del fabricante, el testigo de fallo de motor puede querer decirte que procedas de diferentes formas. Por ejemplo, los hay que indican diferentes gravedades en función del color de la luz. Amarillo para averías leves, en las que puedes circular tú mismo hasta un taller y rojo para indicar que debes detener el coche, apagar el motor y llamar a una grúa.
Si tu coche no discrimina entre las averías leves y graves, todavía hay una serie de síntomas que te permiten hacerte una idea de la magnitud del problema. Puede que así te ahorres esperar a que vengan a recogerte a una carretera perdida. El abanico es amplio, pero por mucho que hayan avanzado los coches, siguen rigiéndose por los mismos principios que antaño.
Síntomas para determinar si la avería de motor es grave
Antiguamente los mecánicos tenían que guiarse sin sofisticadas máquinas de diagnóstico. Solo se valían de sus conocimientos y de agudizar el oído o la vista. Valiéndote de esto, hay muchos síntomas que te permitirán discriminar si la avería es grave:
Pérdida de potencia
Hay muchas causas de pérdida de potencia en un motor y el coste de su reparación es muy variado. En este síntoma pueden intervenir multitud de piezas, que como hemos indicado antes, están interrelacionadas. Puede ser por ejemplo el turbo (si lo tiene), uno de sus sensores o el caudalímetro. En muchos casos la centralita detecta uno de estos problemas y entra en “modo de emergencia”, que limita la potencia del motor. Algo que hace para evitar que haya daños mayores en el sistema.
Exceso de humo
Cuando la cantidad del humo y su color son anormales, quiere decir que nuestro coche quema mal el combustible. Esto puede ser por los calentadores diésel, el sensor de oxigeno (o sonda lambda), la válvula de control de emisiones o el sistema de evaporación de emisiones. Algunos de ellos pueden acabar por estropear el catalizador (si no es él mismo el que está averiado), una pieza muy cara. Así que mejor no muevas más el coche.
Ruido anómalo del motor
Nadie nota mejor si el motor no suena como siempre, que su propio dueño. Si notas golpeteos o chasquidos con el motor encendido, el testigo de fallo motor no te estará avisando en balde. Sal del coche para oírlo desde fuera para asegurarte. Para el coche en un lugar seguro y llama a la grúa. Puede que llegases al taller conduciendo, pero podrías agravar el problema por el camino.
Sobrecalentamiento
Si el testigo de fallo de motor va acompañado de un recalentamiento del motor, no debes seguir circulando. Podrás verlo en el la aguja de la temperatura del coche o con otro testigo encendido. Una avería común que causa esto es el termostato.
Aumento de consumo
Si el coche no mide bien la mezcla de aire y combustible se suele manifestar con un aumento de combustible notable. Para evitar daños en el catalizador y otras piezas caras, no sigas utilizándolo hasta que te lo arreglen.
Si tu coche se comporta de forma normal con el testigo de fallo de motor encendido, quizá puedas circular hasta el taller más cercano tú mismo. Aunque es un riesgo. Valóralo tú mismo en función del tiempo que tengas y cerciórate de que tu seguro incluya el servicio de grúa sin ningún coste para ti. No serías el primero que lo desaprovecha por no estar informado. Una simple llamada a tu seguro te puede ahorrar problemas.
Por qué se enciende el testigo de fallo de motor
A parte de los ejemplos que hemos puesto para los síntomas graves, hay muchos motivos por los que el testigo de fallo motor se puede encender. Todos ellos requieren un trabajo mecánico para subsanarlos, de ahí la importancia de este testigo. Pero no todos suponen un desembolso importante.
Componentes de medición del aire
Estos son el caudalímetro, que mide la entrada del aire que le llega al motor, y la Sonda Lambda, que mide la cantidad de oxígeno que tiene ese aire. Estas piezas son muy importantes para que el sistema sepa la cantidad precisa de combustible que necesita en cada momento.
Bujías
Son las bujías como tal en los motores gasolina y bujías de calentamiento o calentadores en los motores diésel. En el primer caso son las encargadas de prender la mezcla de combustible y aire. En el segundo, aumentan la temperatura de la mezcla para que prenda correctamente incluso en frío. El motor diésel enciende la mezcla sin chispa sometiendo el combustible y el aire a altas presiones cuando sube el pistón dentro del cilindro.
Catalizador
Se encarga de reducir las emisiones del coche. Como ya hemos explicado, se puede estropear por seguir usando el coche cuando no quema bien el combustible. Ya sea por las bujías, por los componentes de medición de aire u otros factores.
Filtro de partículas
Este componente se puede estropear por el mismo motivo que el catalizador. Aunque también puede ser por algo más leve como ir siempre bajo de vueltas con un motor diésel. Se puede intentar solucionar con un tratamiento para el filtro de partículas. y llevar el coche alto de vueltas en autopista un rato. Normalmente se recomienda 3.000 rpm a 120 km/h, durante unos 5 minutos. También hay gente que usan reductores de humos o limpiadores de inyectores.
Tapa del depósito
Ésta es una avería muy simple y barata, pero también causa el encendido del testigo de fallo motor. Entre sus funciones está la de mantener la presión en el tanque de combustible para que llegue bien al sistema.
Termostato
Una pieza muy importante para que el sistema de refrigeración del coche regule la temperatura del motor. Si deja de funcionar no regulará el paso de refrigerante por los conductos.
Sistema de encendido
Tanto la bobina de encendido como los cables de las bujías y el distribuidor, deben funcionar correctamente. Si no es así, el motor funcionará mal y se encenderá el testigo de fallo de motor.
Control de emisiones: EGR, canister…
Hay varios sistemas que se encargan de mantener las emisiones a raya que, con el endurecimiento de las normativas, están creciendo un número y complejidad. Los habituales son las válvula EGR, el sistema canister o la válvula de control de emisiones.
Apagar el testigo de fallo motor
Dependiendo de la causa del que se haya encendido, la solución será más fácil o más difícil. Por ejemplo, cuando la carbonilla del coche ensucia demasiado el sistema de escape, y se enciende el testigo, normalmente basta con circular por autopista alto de revoluciones durante unos minutos (3.000 rpm). Para mejorar este truco, puedes usar algún producto contra la carbonilla y acelerar de vez en cuando en tercera o cuarta hasta llegar a las 4.000 rpm.
Si lo que falla es alguna de las piezas que te hemos comentado antes, deberás sustituirla o limpiarla adecuadamente (algo muy común en la válvula EGR de algunos modelos, como has podido ver más arriba). Muchas de ellas no requieren grandes conocimientos de mecánica y, si entras en los enlaces que te hemos puesto en algunas, podrás saber cómo hacerlo. De todas formas, un taller de confianza siempre será buena opción.
El testigo de fallo motor se apaga y se enciende
En este caso lo más común es que haya una conexión imperfecta en algún sistema del coche. Por ejemplo, los componentes de detección del aire. Esto puede pasar en coches muy viejos, si te has dado algún golpe o si has pasado por un bache muy grande. También es un problema que puede ocurrir si se ha limpiado el motor de forma inadecuada. En el siguiente vídeo puedes ver cómo hacerlo sin causar problemas:
Si tu testigo de fallo motor se enciende y se apaga, asegúrate de que todas las conexiones de cables están bien apretadas y no tienen suciedad dentro. Por supuesto, siempre con el coche completamente apagado. En muchas ocasiones se soluciona con algo tan sencillo como esto. Sin embargo, si no lo logras así te recomendamos que lleves el coche a un taller de confianza.
Coches con menos posibilidades de que salte el testigo de fallo motor
El testigo de fallo motor es algo que a cualquiera le puede aparecer, aunque tenga el coche más caro del mercado. Sin embargo, los registros de los talleres y el uso cotidiano de los propietarios demuestran que hay enormes diferencias de fiabilidad entre las marcas.
Para tener las cosas claras al respecto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado la Encuesta de Fiabilidad y Satisfacción de 2020. En ella han participado 40.000 conductores europeos, de los cuales 8.000 eran españoles. En el siguiente vídeo se puede ver cómo de fiables son las marcas actualmente, además de cómo de satisfechos han quedado los clientes en el día a día.
Como habrás podido ver, en el estudio hay algunas sorpresas que provienen de marcas relativamente nuevas. Además de algún que otro contraste entre el elevado precio de algunas casas y su fiabilidad.
Si lo que estás buscando es un coche en el que no le salte el testigo de fallo motor, las marcas del top 5 de este vídeo son las más indicadas. Verás que no necesariamente son las más caras. Al menos, si te conformas con las que no ocupan la primera y segunda posición.
¿Cuánto puede costar la reparación?
Dependiendo de la marca y la pieza que haya que sustituir el precio varía mucho. Un tapón de combustible nuevo no suele pasar de los 15 euros, pero un catalizador o un turbo pueden llegar hasta los 1.000 euros. Entre estos extremos hay todo un abanico, pero has de tener en cuenta que lo que más aumenta la factura suele ser la mano de obra. Con los trabajos de taller incluidos el precio de una Sonda Lambda puede ser de unos 200 euros, el de un caudalímetro unos 150 euros y las bujías 70 euros.
Si tienes conocimientos de mecánica y te atreves a hacerlo tú mismo, hay algunas piezas que no son difíciles de cambiar. Éste es el caso de los calentadores diésel o de los cables de las bujías. En esos artículos te damos las nociones necesarias para cambiarlos tú mismo.