Prueba Renault Twingo 2015 SCe 70, poker de secretos

En un segmento en el que las reglas parecían ya del todo pre establecidas, Renault jugó sus cartas y nos presentó el que probablemente sea el urbano más revolucionario por concepto. Esta semana ponemos a prueba el nuevo Renault Twingo 2015, la tercera generación de un urbano que ya desde sus comienzos no pasaba desapercibida y que, una vez más, ha sabido reivindicarse ahora con motor trasero y tracción trasera.

Para conocerlo nos hemos subido a la versión menos potente de las dos que hay disponibles, un motor SCe de 70 caballos, tricilíndrico y atmosférico, tal vez la opción más sensata para un uso inminente en ciudad. Pero, ¿de verdad el secreto del nuevo Twingo es sólo su disposición mecánica? No, y vamos a ver qué hace de él un modelo único. Obviando lógicamente a su primo, el Smart Forfour.

Genes R5

Renault ha querido con su nuevo Twingo sumarse a esta moda de recrear en cierto modo un modelo de la historia de la marca reinterpretando su diseño. Éste lo ha hecho basándose en el Renault 5 y, aunque no tenga nada que ver ver por posicionamiento, la marca ha conseguido mantener viso su espíritu acercando el diseño al de aquél utilitario.

Así, el frontal es de líneas cuadradas, empezando por sus faros. Se parece, y mucho al concept que lo prefiguraba, y guarda de él también las luces adicionales LED en el paragolpes que hacen las funciones de luz diurna. Una discreta toma de aire inferior y una parrilla que une ambos faros con el logo de la marca en grandes dimensiones cierran un conjunto que destila personalidad y alegría.

Atrás es donde nos quedamos perplejos al ver cómo Renault ha querido imitar el R5 Turbo, el conocido como culo gordo, con unas formas para los pilotos que simulan las aperturas laterales que se situaban junto a ellos. Aquí no hay aperturas, hay faro, y los parecidos acaban ahí. Se ha trabajado en integrar el portón del maletero que acoge la luneta trasera acabada en negro en la parte inferior. Hay una especie de rejillas (falsas) en el paragolpes que podrían indicar, sutilmente, que el motor se esconde detrás.

El nuevo Renault Twingo mide 3,59 m de largo, 1,64 m de ancho y 1,55 m de alto. Parece un poco más grande de lo que realmente es. La personalización también ha sido un punto clave en el diseño, con distintas llantas, colores vivos o vinilos que podemos colocar en distintas partes de la carrocería. Además puede contar con un techo de lona retráctil tal y como llevaba nuestra unidad de pruebas.

Sencillo pero atractivo

El interior del Renault Twingo me ha parecido bastante atractivo y cuenta con la ventaja de ser llamativo por las combinaciones de color disponibles. Las molduras como la parte central del salpicadero o los aireadores dan un toque distintivo a un interior joven y dinámico. Su diseño, aunque sencillo, es bastante agradable y casa mucho con el estilo del coche.

No hay apenas botones más allá del control de la climatización y algún periférico. Se ha aglutinado todo en la pantalla táctil central, en nuestro caso el sistema R-Link, con una rapidez de respuesta y tacto bastante buenos. Como pega, la pantalla refleja bastante la luz y puede dificultar la visión de la información en algunas ocasiones.

Frente a nosotros se coloca un cuadro de mandos ultra sencillo. No es más que media esfera con el cuentakilómetros, de fácil lectura, y un display digital con toda la información del ordenador de a bordo en el centro. No hay cuentavueltas o lector de temperatura del agua, algo que como mínimo debería de ser de serie en los acabados superiores.

La calidad de materiales sin ser excelente me ha parecido más que digna. No hay ni un solo plástico blando, ni el reposabrazos de la puerta, pero el plástico parece resistente y no da una impresión pobre. Puede ser también gracias a la intensidad de los colores. El volante de cuero también me ha sorprendido por calidad al tacto. En definitiva, no es el interior de un coche barato, ni mucho menos.

Acogiendo a 4 ocupantes

El nuevo Renault Twingo tiene hueco para 4 pasajeros, ni uno más. En las plazas delanteras se han colocado dos asientos con los reposacabezas integrados que mejoran el aspecto global. Además sujetan francamente bien. Son plazas cómodas y bastante altas. Una pena que el volante no sea regulable en profundidad, sólo en altura.

Atrás hay otros dos asientos, y tienen la ventaja de que, a pesar de ser un coche pequeño, acogen a los ocupantes sin problemas de anchura. Tampoco es mala la altura para la cabeza para tallas de no más de 1,85 m de alto y las piernas irán bien gracias al hueco bajo los asientos delanteros para colocar los pies y a unas hendiduras en los respaldos. Como curiosidad, las puertas abren con un gran ángulo que facilita la entrada y atrás las ventanillas son de compás.

Los huecos portaobjetos son un juego de niños en el Twingo. Renault nos promete una cantidad ingente de hueco extra con huecos en las puertas una gran guantera, una caja con tapa en la consola central que puede extraerse y descubrir dos posavasos y otro hueco, además de unos huecos bajo los asientos traseros que desgraciadamente no llevan nada que sujete la carga.

Maletero de 174 litros

El nuevo Renault Twingo tiene un maletero de 174 litros. No es una buena cifra y peca de llevar el motor colocado debajo, por lo que además de restar espacio no cuenta con un doble fondo. Lo que sí podemos hacer es reclinar parcialmente los asientos traseros para ampliar el volumen hasta los 219 litros a costa de hacer demasiado incómodas las plazas traseras.

Pero hay una parte muy buen en todo esto, y es que si abatimos los asientos traseros conseguiremos un espacio plano de 980 litros, que puede llegar hasta algo más de los 2,20 metros de largo con el asiento del pasajero delantero reclinado. El piso del maletero, por otro lado, queda a ras de la boca de carga y sí es cierto que en largos trayectos puede colarse algo de calor del motor en el compartimento de carga, pero no de manera preocupante. ¿Y el capó delantero? Nada, apenas se abre y sólo sirve para realizar tareas de mantenimiento.

Sobresaliente en ciudad

Decir que un urbano es sobresaliente en ciudad tal vez sea como decir que el cielo es azul. Pero el Twingo tiene un par de secretos que hacen de él un perfecto coche para batallar en espacios angostos como la ciudad. Uno de ellos es su motor SCe 70, un bloque tricilíndrico atmosférico de 1 litro y 70 caballos asociado a un cambio manual de 5 relaciones.

Resulta curioso arrancar y escuchar el motor desde atrás. No es un motor especialmente refinado en lo que a vibraciones y sonido se refiere pero resulta lo suficientemente aislado. Su sonido es particular, y no se parece al típico sonido de los tricilíndricos. Y no, el hecho de llevar el motor atrás y la tracción no interfiere en la manera de conducir el coche.

Es un motor que funciona francamente bien, es bastante vivo de reacciones pese a su pequeño tamaño y eso lo notamos en ciudad, donde constantemente utilizamos la parte baja del cuentavueltas y donde vemos que no resulta perezoso. De hecho es un motor que no nos obliga a subirlo demasiado de vueltas para moverse bien en ciudad. Sus 5 velocidades mueven con soltura el coche y no echaremos de falta una sexta marcha en carretera. De hecho será necesario reducir una o dos relaciones cuando vayamos a afrontar una subida para mantener la velocidad.

¿Y de consumo? Pues mientras que nuestra versión homologa una media de 4,2 l/100 km, el consumo medio arrojado por el ordenador de a bordo era de 6,5 l/100 km tras una prueba de unos 500 kilómetros. En ciudad rondaremos los 7 l/100 km mientras que en carretera es bastante sencillo colocar la cifra en torno a los 5 l/100 km. Cuenta con un sistema Stop/Start que funciona bastante bien. Es rápido, aunque no demasiado refinado a la hora de volver a arrancar el motor.

Una particularidad de Twingo es su dirección. Es muy ligera y asistida. Al no llevar también el trabajo de acelerar, los movimientos parásitos de la dirección quedan resueltos, y el hecho de descargar el peso de la parte frontal hace que sintamos, a mayor velocidad, una cierta flotabilidad de la dirección. Unido a ello, queda muy aislado el movimiento de las ruedas en el volante.

Sin embargo, esta disposición del motor ha permitido que el Twingo tenga el menor radio de giro de todo el segmento. Con diferencia. Y esto se traduce en uno de los urbanos más manejables por espacios angostos al no tener que hacer apenas maniobras. Eso sí, hay casi 4 vueltas de volante entre topes.

El motor de 70 caballos es suficiente para ciudad pero echaremos de menos más potencia en cuanto salgamos a carretera. Será en los adelantamientos donde más notemos esa falta de respuesta. Para ello está el motor TCe de 90 caballos. Pero cuidado, personalmente sólo justificaría el motor más potente si tenemos pensado realizar escapadas por carretera de forma asidua. Para un uso intensivo en ciudad y alguna salida esporádica a carretera el de 70 es ampliamente suficiente, y más barato.

De hecho, cuando salimos a carretera es cuando nos damos cuenta de que este coche no está desarrollado para tal fin. No se mueve mal pero si decidimos ir algo fuerte en tramo revirado saldrá a relucir su tendencia al subviraje por llevar un eje delantero tan descargado. Y no, por mucho que sea trasera, ésta va soldada al suelo pues mamá electrónica siempre está ahí para que al mínimo atisbo de apretar el acelerador cape toda la respuesta y nuestro intento de sobreviraje quede en una mera anécdota para olvidar.

En ciudad sí que se mueve como pez en el agua por sus dimensiones y por una suspensión que impide un balanceo excesivo para acometer giros cerrados, a la vez que filtra bien las irregularidades como los badenes. La dirección blanda juega aquí un papel primordial y casa a la perfección con el espíritu y el enfoque del coche. En otras palabras, es hasta divertido de conducir en ciudad por su agilidad de reacciones.

Concluyendo

El nuevo Renault Twingo es una apuesta segura para el que busca un coche de uso exclusivo para ciudad. Tiene detalles como el motor trasero, que maximiza el espacio interior, o un radio de giro inéditos en otro modelo del segmento exceptuando a su primo, el Smart Forfour.

Ello le confiere un cierto nivel de exclusividad que no es, sin embargo, la clave de su éxito. Es un coche fácil de conducir en ciudad, ágil, con un motor de 70 caballos perfecto para un uso urbano y un espacio interior de los mejores para cuatro ocupantes. Su punto más débil es un maletero algo escaso, aunque con la ventaja de poder crear un espacio de más de 2 metros de largo a base de abatir asientos.

Muchos pensarán que al tratarse de un coche de motor y tracción traseros tendrá un punto dinámico o deportivo. Nada más lejos de la realidad. De hecho el que encuentre un mínimo atisbo de deportividad en el Twingo es que no va en un Twingo. Sin embargo, creo que es una buena base para una futura versión deportiva firmada por Renault Sport donde la electrónica no sea tan inquieta y deje más margen para pasarlo bien.

Me quedo con su diseño desenfadado, su personalización y su jovialidad, tres detalles que cada vez parecen más imprescindibles cuando hablamos de urbanos. Su motor de 70 caballos también me ha cautivado para ciudad. El de 90 se haría imprescindible si tenemos pensado salir a menudo a carretera, no sólo vías interurbanas. El equipamiento, además, no está nada mal e incluye elementos como el sistema de detección de cambio involuntario de carril. Resulta muy interesante que con el motor más pequeño también podamos acceder al acabado alto de gama, a veces reservado sólo a los más potentes.