Se puede ser fanático de muchas cosas pero siempre que alguien se propone un reto, merece un respeto por encima de los demás. En los Países Bajos han salido dos auténticos locos de los vehículos eléctricos que ya llevan varios días intentado recorrer los mismos parajes que el Tour de Francia en su paso por los Alpes, para ello, en lugar de bicicletas, usan un Nissan Leaf. La locura es que el Nissan tiene como recorrido máximo unos 160 kilómetros, por lo que están bastante mal de la cabeza tratando de asumir este reto, ya que en muchas etapas de la carrera francesa existen distancias mucho mayores y, además, con subidas y bajadas de puertos duros de montaña.
Hay colgado un vídeo de sus peripecias en el que se muestran que además de muy holandeses (qué si no) muy salados, eso sí, también demuestran que no son para nada idiotas. En realidad ¿qué mejor test que este para ver si un vehículo eléctrico tiene unos límites grandes o pequeños? No sabemos realmente de qué son capaces estos recién llegados al asfalto y este tipo de pruebas surgidas del pueblo llano –sin ningún tipo de rigor científico, vamos- pueden ser muy útiles de cara al futuro.
La verdad es que el loco experimento no acaba demasiado bien muchas veces, porque se quedan parados a unos pocos cientos de metros de la meta de una etapa en subida, lo cual le añade dificultad. Lo mejor de todo es que cuando al coche en cuestión se le acaban las pilas, aparece un triste mensaje de texto indicándolo como si fuese un electrodoméstico más. Algo hemos aprendido de los coches eléctricos: se comunican.