La alta demanda del e-Golf obliga a Volkswagen a duplicar su producción

Uno de los fabricantes más importantes de toda la historia del automóvil es Volkswagen. Entre sus modelos más populares podemos destacar el Beetle, la famosa furgoneta Volkswagen T1, el Polo, el Passat y, por supuesto, el Volkswagen Golf. Este último es uno de los coches más conocidos del mundo y, actualmente, el compacto por excelencia. Una de sus versiones es el e-Golf, que hoy por hoy tiene tanta demanda que obliga a la marca a duplicar su producción.

El Volkswagen Golf recibía un restyling en 2017 que también actualizaba esta versión eléctrica denominada e-Golf. Este restyling no solo variaba ligeramente su estética, sino que mejoraba con creces las capacidades del compacto eléctrico. Entre otras cosas, prácticamente duplicaba su autonomía pasando de 190 a 300 kilómetros según el ciclo de homologación NDEC. También aumentaba su potencia hasta los 136 CV y su velocidad punta hasta unos nada despreciables 150 km/h.

Parece ser que la mejora del Volkswagen e-Golf ha convencido a “muchos” clientes para decantarse por el eléctrico alemán, de tal modo que la demanda a superado con creces a la producción. Dicho lo anterior, la casa del “coche del pueblo” se ve obligada a duplicar la fabricación del modelo eléctrico en su planta de Dresde, pasando de un solo turno de trabajo a dos. Por tanto, pasarán de ensamblar 35 unidades diarias a 70, unas 2.100 al mes en total a partir del próximo mes de marzo.

Pese a los buenos registros que ahora está cosechando el Volkswagen e-Golf, la compañía no lanzará una nueva variante eléctrica del compacto cuando llegue la octava generación, aunque casi con toda garantía lo mantendrán durante un tiempo en comercialización. Este eléctrico será sustituido por el modelo de producción del Volkswagen I.D. Concept, con una arquitectura totalmente nueva y destinada exclusivamente a coches eléctricos que recibe el nombre de MEB.

Por otro lado, y ya que hablamos de producción, debemos destacar el buen año de fabricación de Volkswagen a nivel global. La marca de Wolfsburgo, que cuenta con unas 50 plantas de producción en todo el mundo, cerrará este año 2017 con nada menos que 6 millones de unidades ensambladas; una cifra que nunca antes había logrado.