Prueba Mazda CX-60 diésel 3.3 e-Skyactiv D (en vídeo)

Ya hemos dicho en infinidad de ocasiones que Mazda parece nadar siempre a contracorriente del mercado. No cabe la menor duda de que es una marca muy anárquica, y hoy os vamos a enseñar el mejor ejemplo de ello. Meses atrás probamos el nuevo Mazda CX-60, un SUV de tamaño medio-grande que estrenaba plataforma. En aquella ocasión lo probamos en su versión PHEV -híbrida enchufable- de 327 CV.

En esta ocasión os pido que estéis muy atentos porque lo vamos a probar con un motor nuevo que va a dar mucho que hablar. Se llama e-Skyactiv D. Sí, esa D final significa diésel. Y sí, un motor diésel totalmente nuevo en 2023 que para más inri es de 6 cilindros y cubica 3.3 litros. Ojo, disponible además con dos niveles de potencia: 200 y 254 CV.

Para conocerlo nos hemos desplazado a la provincia de Gerona, lugar escogido por Mazda para realizar la presentación internacional de este Mazda CX-60 e-Skyactiv D. Allí hemos podido probarlo durante varias horas y con ambos motores, comprobando la respuesta de la mecánica de gasóleo y, además, empezando a descubrir sus interesantes consumos de combustible.

Mazda pone a la venta un 3.3 turbo diésel en 2023

Ponemos los parciales de distancia y consumo del cuadro de instrumentos a cero para ver cuánto gasta este Mazda CX-60 diésel en conducción real. Pero antes de hablar de consumos obtenidos, no viene mal hacer un repaso rápido a los datos de ambas variantes y descubrir su parte técnica, por que es un motor poco habitual hoy en día.

¿Y por qué es tan poco habitual? En primer lugar, porque no es un motor pequeño de cuatro cilindros… Este modelo utiliza un seis cilindros en línea, colocado en posición longitudinal con, agárrate, nada menos que 3,3 litros de cilindrada. No es broma. Repito: Mazda ha desarrollado un nuevo motor diésel 3.300 turbo de seis cilindros y lo ha lanzado en 2023 para el mercado europeo.

Además, se ofrece en dos niveles de potencia y con dos sistemas de tracción. Eso sí, siempre es automático de 8 marchas. Gracias a que cuenta con un sistema microhíbrido de 48 voltios, no sólo reduce las emisiones y consumos, sino que además recibe el distintivo medioambiental Eco de la DGT en el parabrisas.

3.3 e-Skyactiv D: 200 CV y propulsión trasera, o 254 CV y tracción total

La opción menos potente de este 3.3 diésel declara 200 CV entre 3.000 y 4.200 rpm, además de un par motor de 450 Nm entre 1.400 y 3.000 vueltas. Siempre se vincula a la tracción trasera. Acelera de 0 a 100 en 8,4 segundos y su velocidad máxima es de 212 km/h. El consumo medio homologado WLTP es de apenas 4,9 l/100 km.

Por su parte, el más potente desarrolla 254 CV a 3.750 vueltas y un par máximo de 550 Nm entre 1.500 y 2.400 rpm. Según su ficha, puede hacer el 0 a 100 en 7,4 segundos -un segundo menos que el menos potente- y alcanzar los 219 km/h. En este caso hablamos de tracción 4×4. Su consumo medio homologado es de 5,3 litros a los 100. ¿Serán reales estos datos?

Mazda CX-60: Un coche cómodo y agradable de conducir

Dicho lo anterior, la ruta principal combinando todo tipo de circunstancias la hemos hecho con el motor 3.3 e-Skyactiv D de 200 CV y propulsión trasera. Centrándonos en el motor, nos hemos llevado una buena sorpresa. Es un diésel, pero salvo en aceleraciones muy intensas, el ruido del motor se camufla. Este coche está bien aislado, notándose el empeño de Mazda por mejorar el placer de conducción y el confort.

¿Qué hay de la respuesta? Pues si tenemos en cuenta que es un coche grande y pesado, que se acerca a los 1.900 kilos, diría que es bastante buena. Es un propulsor que se desenvuelve muy bien en la zona baja y media del cuentavueltas, mostrando un buen empuje por su par motor, tanto de la mecánica diésel como del apoyo eléctrico, que aporta hasta 153 Nm de par extra.

El cambio automático de 8 marchas funciona con suavidad. Tiende a llevar el motor en su zona óptima y más eficiente, pero si aceleramos a fondo, es suficientemente rápido como para quitar un par de marchas de golpe y llevarlo a la zona alta. No es el más deportivo, pero sí muy suave. Además, tenemos modos de conducción que varían la respuesta del motor, del cambio y de la dirección.

Un detalle importante es que, gracias al sistema Mild Hybrid a 48 V, en determinadas ocasiones es capaz de apagar el motor térmico por completo, circulando por inercia o con la energía del motor eléctrico. Sólo estará apagado durante unos segundos, pero es una muestra del poderío que tiene la parte eléctrica de este microhíbido.

Consumos obtenidos con el Mazda CX-60 diésel

Durante esta prueba hemos conducido de forma totalmente normal, sin hacer una conducción buscando la eficiencia, acelerando a fondo en múltiples ocasiones para comprobar la respuesta del motor y adelantando cuando era necesario. Eso sí, también intentando respetar en todo momento los máximos legales.

Hemos realizado una ruta combinando autopista, carretera secundaria, algún tramo de montaña y un poco de ciudad con el Mazda CX-60 diésel de 200 CV y tracción trasera. Han sido prácticamente 100 kilómetros, con un estilo de conducción digamos “tirando a alegre” y el ordenador de viaje ha reflejado un consumo de 5,8 l/100 km. Me parece un dato muy, muy bueno para el tipo de conducción. No tengo dudas de que con un estilo de conducción más suave, ese dato se hubiera podido rebajar en 4 o 5 décimas.

Por otro lado, también pudimos hacer un trayecto de unos 110 kilómetros con el CX-60 diésel más potente, el e-Skyactiv D de 254 CV con tracción a las cuatro ruedas. En este caso, el consumo se sitúo en 5,4 litros, pero también es cierto que el entorno fue más favorable con muy pocos kilómetros de callejeo y mucho tiempo por circunvalaciones limitadas a 80 y 100 km/h, además de unos 50 kilómetros por autopista a 120.

Conclusiones

Cuando muchos decían que el diésel ya no tenía margen de mejora llega Mazda y te sorprende. Ya habéis visto los consumos, realmente ajustados en cualquier circunstancia. Y eso que no es un coche pequeño ni ligero. Es de la talla de un Audi Q5, un BMW X3, un Mercedes GLC o un Volvo XC60.

¿Qué hay de los precios? El diésel menos potente arranca en los 48.700 euros, con 200 CV y propulsión trasera. Por su parte, el más prestacional arranca en los 53.800 aproximadamente, rindiendo 254 CV con tracción 4×4.

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Por recordarlo, el híbrido enchufable de gasolina parte de unos 52.000 euros, aunque pueden reducirse bastante si nos acogemos al Plan Moves. No queda ahí el asunto, pues Mazda pondrá a la venta a lo largo de este año otro motor más, que tampoco pasará desapercibido, pues será un 6 cilindros en línea de gasolina con 3 litros y admisión atmosférica, aunque la firma de Hiroshima aún no se ha pronunciado sobre su parte técnica, prestaciones y versiones.

Más abajo tenéis todos los precios oficiales de este modelo sin descuentos ni promociones.

Precios Mazda CX-60 2023

Galería Mazda CX-60