No, Toyota no dejará de vender vehículos diésel en 2019

En los últimos días es posible que hayáis visto en algunos medios de comunicación el titular de que el fabricante Toyota dejará de comercializar vehículos diésel a partir del próximo año 2019. Nosotros también lo vimos pero, tras analizarlo, nos dimos cuenta de que esas afirmaciones no eran del todo reales. Toyota no eliminará la gama diésel completamente de su gama.

Está claro que mes a mes el diésel va cediendo buena parte de su cuota de mercado a los vehículos de gasolina, cobrando cada vez más protagonismo los híbridos. Sin embargo, hay determinados vehículos que, por las funciones a las que están destinados, funcionan mejor y son más eficientes con mecánicas de gasoil que de gasolina.

La filial española de la marca nipona nos ha dejado claro que su apuesta principal, al menos por el momento, es la de la hibridación de sus vehículos turismos; utilizando la tecnología híbrida autorrecargable combinada con un motor de gasolina. Lo vemos en Yaris, RAV4, Auris, Prius, C-HR o el próximo Corolla; y lo cierto es que no les funciona nada mal en cuanto a ventas se refiere.

Toyota ha afirmado que estos vehículos turismo sí se olvidarán de las mecánicas de gasoil a partir del próximo año, aprovechando el lanzamiento comercial del nuevo Toyota Corolla en sustitución del Auris. Sin embargo, también ha dejado claro que los modelos “no turismo” seguirán recurriendo a mecánicas diésel.

Los Toyota Land Cruiser, Toyota Hilux o Toyota Proace son vehículos que difícilmente podrían sobrevivir en el mercado europeo si no ofrecieran mecánicas de gasoil. Son vehículos pesados y con gran capacidad de carga que, por lo tanto, deberán ser capaces de responder con contundencia cuando circulen muy cargados.

En el caso de Land Cruiser e Hilux, además se enfrentarán a terrenos muy complicados, donde el mayor par motor de los motores diésel es su mejor aliado. Si utilizaran propulsores de gasolina, tendrían que recurrir a muy altas cilindradas para mantener la misma solvencia fuera del asfalto, lo que se traduciría en grandes gastos de combustible y, a su vez, mayores emisiones contaminantes.