Ford GT

Desde 388.000 euros
  • Carrocería coupe
  • Puertas 2
  • Plazas 2
  • Potencia 655 cv
  • Consumo 16,8 l/100km
  • Maletero 11 litros
  • Valoración 4,8

El Ford GT es una leyenda viva. Su historia ha ocupado algunas de las páginas doradas del mundo del motor y la competición. Es uno de esos modelos donde el nombre marca la diferencia. Se trata del modelo más prestacional, rápido y deportivo que Ford fabrica en estos momentos, dejando por detrás a versiones especiales del Ford Mustang, otro de sus iconos.

La historia del GT está asociada a las 24 Horas de Le Mans. La guerra entre Ferrari y Ford en los años 60 dio como consecuencia el lanzamiento del GT40. Su nombre deriva de la categoría en la que competía, GT, y la altura total del coche, 40 pulgadas. Aunque el GT40 nunca trascendió los límites de los circuitos, en 2003 la marca quiso rendirle un homenaje con el lanzamiento de la primera generación del Ford GT.

Desde 2003 a 2006 el primero de los GT asombró al mundo por su rendimiento, capaz de plantar cara a rivales de renombre en Ferrari, Lamborghini o Porsche. Tras 10 años de ausencia, en 2016, 50 años después de la primera victoria del GT40, se presentó en sociedad el actual GT. En un principio solo estaba planeada la producción de 1.000 unidades, pero ante la alta demanda Ford decidió incrementar el número hasta las 1.350 unidades.

Características técnicas del Ford GT

El Ford GT es un deportivo de pura cepa. Un modelo diseñado y producido por la rama de competición de la casa americana. En su desarrollo se han invertido miles de millones de dólares y algunos de los avances más modernos de la industria. Se apoya sobre un chasis de carreras fabricado en aluminio y fibra de carbono con el objetivo de reducir al máximo el peso final, 1.460 kilogramos.

A pesar de su estilizada línea, las medidas del GT son bastante contenidas: 4,78 metros de largo, 2 metros de ancho y una altura de 1,11 metros. A esas cotas hay que añadir una batalla de 2,71 metros que presenta un habitáculo biplaza con motor en posición central. Sus asientos forman parte la propia estructura del coche, al más puro estilo del mundo de las carreras o los karts.

En este caso no podemos mencionar ningún volumen de maletero. El Ford GT está destinado a los circuitos, y por ende carece de espacios portaobjetos. La única cifra que aporta la marca americana son 11 litros, que provienen de un maletero minúsculo en la parte delantera. A diferencia de los modelos convencionales, y dado que el asiento está anclado al chasis, son los pedales los que se ajustan a la posición y no al revés.

Gama mecánica y cajas de cambio del Ford GT

Todo en el GT está pensado para reforzar su comportamiento dinámico. Aunque el corazón de la máquina es el motor, los ingenieros de Ford Performance han trabajado todos los aspectos de la dinámica, incluyendo una aerodinámica activa. El alerón posterior se ajusta en función del modo de conducción, y en su posición de carreras reduce la altura de la suspensión para favorecer el efecto suelo y maximizar el agarre.

El GT40 original de Le Mans montaba un V8 de siete litros, el primer GT de 2003 montaba un V8 de 5,4 litros, y el nuevo GT emplea un V6 EcoBoost biturbo de 3.497 centímetros cúbicos. Esta reducción de cilindros no debe asustar porque a fin de cuentas hablamos del GT más potente que ha habido. Desarrolla 655 caballos de potencia a 6.250 revoluciones con un par motor máximo de 750 Nm a 5.900 vueltas.

Todas las cifras del Ford GT son de primer nivel. El rendimiento del motor nos lleva a unas prestaciones dignas de un superdeportivo. Velocidad punta de 347 Km/h, y una aceleración de 0 a 100 inferior a los tres segundos, aunque Ford no aclara el dato exacto. A pesar de tener un motor más pequeño, el consumo medio homologado es de 16,8 litros a los 100 kilómetros con un tanque de combustible reducido de 57,5 litros.

Equipamiento del Ford GT

Aunque el GT pueda circular por una carretera convencional, su filosofía está más pensada para los circuitos. Eso nos deja con un interior espartano donde prima lo funcional por encima de lo estético. La mayoría de botones se centran en el puesto de conductor, muchos de ellos en un volante que permite alterar diferentes configuraciones de la conducción. Un gran emblema del GT nuevo son sus puertas con apertura hacia arriba.

Ford tampoco se muestra muy espléndido a la hora de permitir una importante personalización del interior. El objetivo es reducir el peso del conjunto y no lastrar el rendimiento, y por ello gran parte del habitáculo está fabricado en carbono real. Aunque se pueden optar por diferentes acabados, estos sólo afectan a pequeñas zonas o variaciones en la tonalidad de la tapicería.

En lo que a equipamiento puro se refiere, el Ford GT cuenta con lo básico. Una vez más recordar el objetivo de peso. A pesar de ello podemos disponer de elementos avanzados como el cuadro de instrumentos digital, un sistema multimedia con pantalla táctil, faros de LED, climatizador, conectividad para dispositivos móviles y navegación. La cantidad de asistentes a la conducción es meramente testimonial, aunque sí cuenta con control de crucero, por ejemplo.

El Ford GT en vídeo

Rivales del Ford GT

El mercado exclusivo de las altas prestaciones es uno de los más competitivos. No será el que más ventas acumule, pero sin lugar a duda es donde las marcas tienen una mayor confrontación por alzarse con el título del coche «más algo». El Ford GT tiene unos cuantos rivales frente así, modelos de renombre e historia que no le van a poner las cosas fáciles. Algunos de ellos son: Mercedes-AMG GT, Porsche 911 Turbo, Audi R8, Lamborghini Huracán, Honda NSX, McLaren 600 LT, y Nissan GT-R entre otros.

A destacar

  • Rendimiento
  • Diseño
  • Aerodinámica

A mejorar

  • Interior anticuado
  • Precio elevado
  • Consumo disparado

Precios del Ford GT

Como ya estarás intuyendo, el precio del GT no es barato. De hecho, por prestaciones, es uno de los más caros de la categoría. Sin embargo, eso no le ha impedido ser un éxito comercial. El precio de salida del Ford GT se sitúa en los 388.000 euros. Una cantidad mucho más alta de la que podemos pagar por un R8 V10 de similar rendimiento. Ese precio mínimo puede incrementarse si nos acogemos a diferentes elementos opcionales o de personalización. Dada la limitada producción, los precios de reventa se han disparado muy por encima de su valor.

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