En 2004 BMW decidió, con cierto retraso, plantar cara a Audi y a su superventas A3. Aunque el BMW Serie 1 llegaba casi ocho años tarde, pronto se hizo su hueco en el mercado. El ADN de deportividad de la casa le convirtió en la alternativa ideal para los amantes de las cuatro ruedas. Gracias en parte a una estructura que hoy ya no está con nosotros.
A día de hoy ya son tres las generaciones del Serie 1 que han pisado el asfalto. La última de ellas presentada en 2019 supuso un importante cambio en muchos aspectos. La tercera generación ha llegado cargada de madurez y buen hacer. Con una estética diferente, un concepto diferente, mucha más calidad y también mucha más tecnología.
Características técnicas del BMW Serie 1
A diferencia de generaciones anteriores el nuevo BMW Serie 1 solo es capaz de lucir una carrocería, la compacta de cinco puertas de toda la vida. Aunque en un principio todas las carrocerías estaban recogidas bajo el paraguas de la Serie 1, hace tiempo que BMW optó por dividir la gama y a día de hoy las versiones especiales se reúnen bajo la denominación del BMW Serie 2. A pesar de que todas llevan la misma plataforma derivada de MINI.
Dicha plataforma, denominada UKL2, ha cambiado muchos aspectos en el Serie 1. Sus medidas se han alterado hasta llegar a los 4,3 metros de largo, 1,8 metros de ancho y 1,43 metros de alto. Su distancia entre ejes alcanza los 2,67 metros, por lo que mejora considerablemente las cotas de habitabilidad de las generaciones anteriores, uno de sus puntos débiles.
El espacio de la fila trasera no ha sido el único objeto de mejora, también lo ha sido la capacidad del maletero. Gracias a que ya no es un coche de propulsión, el Serie 1 oferta ahora mejores cotas de capacidad. 380 litros es la capacidad mínima, cifra que puede incrementarse hasta los 1.200 litros si abatimos la segunda fila de asientos.